LO PIBITOS SE COCINAN A PUNTO CARAMELO
Mientras salpimenta un juvenil salteado de hip hop, funk, rock y música latina, el clan caliente evita caer en la gilada y se profesionaliza.
› Por Santiago Rial Ungaro
“Creo que le encontramos la vuelta a mezclar el hip hop con el rock, el funk y la música latina”, analiza Guido “El Dog” Ruggiero, que con cara de amanecido pregunta amablemente si no molesta que coma algo mientras hace la entrevista. A una década de haber empezado a rapear junto a Andrés Arbes en las fiestas clandestinas que armaban en el ahora mítico rancho de Sucre al 800, están literalmente A punto caramelo. Ese es justamente el nombre del estimulante segundo disco de Lo Pibitos, una producción que de algún modo marca un parámetro de cómo el hip hop ha logrado echar raíces en la escena local, pero con los reflejos para escapar a algunos de sus rasgos más violentos.
Grabado en varios estudios (entre ellos Romaphonic), este disco confirma que la banda integrada por Tomy Tomaso, “Jean Luka” Arbe, “Rody Infinito” Arbe, Andrés Cortés, Jeremías Segall de Rosa, Juan Giménez y Marto Aguilar hizo bien en confiar en su fascinación por la música funk y en evitar ciertos clichés misóginos hip-hoperos que brillan por su ausencia en A punto caramelo, disco nominado a los premios Gardel el año pasado.
“Las letras son muy importantes: la gente te tiene que creer. Acá no es lo mismo que en Estados Unidos, donde las letras posta que son cualquier cosa. No me va decir cosas que no son verdad, sea que tengo plata o que tengo muchas minas, pero además acá esas son cosas que no podés decir porque no te las cree nadie”, explica El Dog.
El MC viene de hacer un viaje de cuatro meses a Nueva York, casi una peregrinación a la Meca del hip hop, donde además de estudiar Logic Pro 10 X (software de edición de audio para Mac OS X) pudo experimentar la escena y curtir de primera mano la música de nuevos talentos como Vince Staples, Anderson .Paak, Smif-N-Wessun o Juelz Santana. “Estuve en los Estudio Premier, donde lo balearon a Tupac, y donde grabaron él y Notorius B.I.G. Cuando fui estaba grabando Busta Rhymes.”
A punto caramelo es un muy buen disco, que plasma la perspectiva pacifista, ecológica y consciente de su generación, y que no tiene nada que envidiarle al disco de regreso de IKV, referente en el género. El déficit del álbum quizá sea su tapa, un tanto descuidada, en la que se ve un mic embadurnado de caramelo. El Dog se ríe cuando escucha que la tapa parece de una banda de rock barrial, pero algo de eso hay: “En la gráfica aparece cada uno en su cocina: mi hermano es chef y yo más o menos, pero cocinar algo también es como una producción musical”, dice este músico, que se encargó de producir el disco junto a Jean Luka.
Moviendo entre 600 y 800 personas con sus electrizantes shows, Lo Pibitos la están haciendo, pero a su manera: “Siempre está esa delgada línea entre el trabajo y cagarse de risa, tanto en los ensayos como en los shows, pero sabemos que hay que tratar de ser lo más profesionales posible: estamos construyendo un sueño, pero además de que hacer música es una de las actividades más lindas que hay, sabemos que nos vamos a morir y la música va a ser lo único que va a quedar de nosotros”.
* Viernes 29/7 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 20.
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