Rock q’echa puta (RockMotor)

¿Para qué enrevesarse en dilemas existenciales, no? RockMotor propende al placer fácil y le importa nada nutrir su rock de profundidades estéticas, musicales o poéticas. Pretende sonar como AC/DC y Motörhead, pero logra sostener con un rock rápido, cuadrado y potente historias mundanas, calientes (de autos y minas) sin preocuparse de si el mundo se destruye alrededor o si la gente sufre por amor. Basta una moto, mucho whisky, guitarras al palo y una buena “perra” al lado para sobrevivir. La máxima está en Sólo los buenos van al cielo, el mejor tema: “Vivo la vida sin que nadie me esté limitando”. ¿Les durará? www.rockmotor1.com.ar

Tierra para tu maceta (Fidojuan)

Banda del riñón de Karamelo Santo y Todos Tus Muertos —rock latino sin medias tintas—, Fidojuan se sumergió, en sintonía con sus aspiraciones, en el estudio El Cangrejo y tomó de Lucas Villafañe —otro viejo lobo de la corriente— las mejores enseñanzas. ¿Resultado? Ska armónico, fusionado, bañado por un suave espíritu reggae, que titila de a ratos. Atenti al manuchaísmo militante que aflora, principista, en temas como Llavero y Janaj, y también al combustible para el vuelo absoluto que propone Sed. Dicen ser de ningún lugar, pero parecen de todos. [email protected]

Des/Amor (Vitraux)

Tecno-rock o electro-rock suenan a palabras eficaces para definir los empalmes sonoros de Vitraux, quinteto que no ahorra en decibeles y distorsión, pero tampoco en la utilización de cuerdas, secuencias y programaciones, para adobar su música. Auras Cerati post-Soda (Azul) se mezclan con abusos tecno (La sangre, Cruces) y algo que llaman —ay, esos subgéneros— deep breath mix (Destierro), que no aporta ni quita. www.vitrauxnet.com.ar