HERR PELOTEN › CAPITULO DESPEDIDA
El sub-suplemento mundialista del NO
› Por Javier Aguirre
Ya pasó casi una semana de la eliminación argentina del Mundial, que parece tan lejana como la caída del Imperio Romano (Romano Riquelme), que por cierto fue vengada por dos zapatazos azurras. Hemos crecido: estamos más maduros, más curtidos, más sabios; ya somos otra vez impermeables a Niembro; ya dejamos de ser aquellos ingenuos futboleros de la semana pasada, cuando todavía creíamos en la chance de la tercera corona. Y eso hace más difícil justificar cómo pudimos ser tan irresponsables durante aquella hora final del partido con los alemanes, cuando inocentemente les confiamos nuestra alegría, nuestro entusiasmo y nuestras ganas a muchachos como Coloccini, el Jardinero Cruz o Leo Franco (¿alguien sabe si su nombre completo es Leandro, Leonardo, León o Leónidas? ¿A alguien le importa saberlo?).
Es hora de un balance mesurado, justo y sensato; que permita buscar a los verdaderos culpables de la frustración, para que el rodar de cabezas nos distraiga del luto por habernos quedado afuera del rodar de pelota. Y allí llegamos a la piedrísima publicidad de Quilmes, estrenada con precisión de lechuza en las vísperas de la eliminación. ¿Hacía falta que cambiaran la que estaban pasando, la de Attaque cantando No me arrepiento; que era sobria, enérgica y que tanto nos había ayudado contra México, Costa de Marfil y Serbia y Montenegro? Pero no. Tuvieron que sacar un aviso nuevo, muy mufa, en el que se la pasaban aludiendo a derrotas, mafias de la FIFA, llantos, amarguras... Cómo les gusta tirar piedras a los “creativos”. Y, por cierto, ¿se habrá contagiado la mufa en el país carioca, ahora que Quilmes es brasileña?
Piedras como Mick Jagger, que fue el sábado a Gelsenkirchen a apoyar a Inglaterra, y que terminó viendo cómo su equipo se quedó afuera del Mundial, por penales, ante los portugueses. Recordar: la voz de los Rolling Stones ya había estado en la cancha el día en que la Selección de Passarella eliminó a los ingleses de Francia ‘98, también por penales... Así que, ya sabés: si un día te cruzás con el gran Mick por la calle, no le hagas caso al cholulo de los Stones que todos llevamos dentro; mejor cruzá de vereda y salí rajando, que Jagger es mufa. ¿O acaso “stone” no significa “piedra”?
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