Una reencarnación
Si tenés muchas ganas de escuchar a Robert Smith cantando nuevas canciones, con un sonido que cruza más o menos violentamente punk y dance music, tendrías que chequear Echoes, el álbum del despegue para los neoyorquinos The Rapture. ¿Cómo? ¿El vocalista no es el líder de The Cure? Las confusiones son fáciles de entender: Luke Jenner, que además toca guitarra y teclados, tiene el mismo tono de voz que Smith. Y admite públicamente que Cure es una de sus principales influencias. Aunque no la única, claro. Se ha dicho de ellos que son la encarnación del disco-punk, la new no-wave, el punk funk y el indie dance. Y todas esas definiciones tienen algo de razón, aunque ninguna sirva para describir por completo el sonido del cuarteto que completan el saxofonista y percusionista Gabriel Andruzzi, el baterista Vito Roccoforte y el bajista Matie Bafer. Los Rapture tienen la fiereza del punk, la oscuridad del rock gótico (Cure, otra vez), bases bailables con muchas palmas (aunque será difícil verlos en el próximo Creamfields), y algo de la locura de James Chance (o la versión heroínica y blanca de James Brown) y el resto de la no-wave neoyorquina de fines de los ‘70. El resultado es más que interesante, curiosidades de parecidos vocales al margen.
Nota madre
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