Romper el molde
Gabriel Schultz, en Argentinos, somos como somos, elude la bajada moral, se aparta del tono sentencioso, se proclama como un ser corrupto e inmoral y al sermón contrapone su diatriba: “Yo sí me quedaría con la billetera”. Su representación del típico chanta es un poco extrema, pero vale como reacción al monólogo de Andy Kusnetzoff.
Bárbara Lombardo, Pilar en Los Roldán, aporta un toque de calidad a la comedia del trazo grueso, con su histérica que dice que no y entrega el beso al Pibe Roldán. Un matiz psicológico entre tanta maqueta de ricos y pobres, allí donde sólo queda repartirse en bandos enfrentados. Lombardo incluye la herencia de Resistiré, y sale ganando.
Sofía Gala, Sofía en Los Roldán, sorprende con el tono amansado, nada que ver con el desborde sobreactuado de otra “hija de...” (recordar a Juanita Viale en Costumbres argentinas), serena y segura en su rol de maxiquiosquera de barrio. Una periférica que podría dar que hablar.
Catarina Spinetta, Brenda en Los pensionados, impone el gesto de villana y da miedo en una tira marcada por la inexpresividad. La chica Spinetta se destaca con su corredora feroz entre tanto facherito y lolita que declama sin modular.