“En todos estos años, ustedes han sido el mejor público que hemos tenido.” Cuando dijo esas palabras, Eddie Vedder miraba a las 25 mil personas que asistieron al primer show de Pearl Jam en Ferro como una mezcla de emoción y asombro. “¿Quién más puede cantar las partes de guitarra, por Dios?”, completó el cantante. Fue como una cita amorosa demasiado postergada para fans que debieron conformarse con seguir a lo lejos la carrera de uno de los monolitos del grunge. Y la confirmación de que el quinteto de Seattle no se agotó cuando las radios y MTV miraron para lugares más rentables. Vedder tiene la voz intacta y pasa sin esfuerzo del gruñido entre dientes al grito melódico y afinado, y la banda es garantía de sutileza y contundencia (¡a la vez!). Por eso no resulta raro que la visita de Pearl Jam haya ganado con 10 votos. Pero ahí nomás, con 9, estuvo otra banda de esas que marcan una era: los White Stripes, con su excitante show en el Luna Park, demostraron que dos pueden ser una multitud arriba de un escenario. Hábiles para manejar los climas, con un guitarrista endiablado y una baterista limitada pero con swing, los ex esposos de Detroit fueron una aplanadora cuando rockearon y exudaron sutileza en sus canciones más reflexivas. También los Nine Inch Nails subieron las rpm del corazón de sus fans, y debido a eso cosecharon la misma cantidad de votos (6) que el debut argentino de los Strokes, otra banda de la década 00. Duran Duran se salvó de las críticas al Personal Fest con un concierto “greatest hits” que hizo correr varios lagrimones nostalgiosos. El quinteto inglés se llevó 5 votos, tal como la nueva visita de Manu Chao, quien calentó aquí los motores para su próxima gira. Y una curiosidad: si se sumaran los votos por cada uno de los artistas que tocaron en el festival BUE (Elvis Costello, MIA, Morcheeba, Strokes), ese evento se llevaría el primer puesto con 12.