Además de componer montones de canciones –por cada disco, le quedan otras tantas inéditas... o más–, Flavio ha encontrado tiempo para escribir. Por eso es que está por salir su primer libro, Rocanrol, que vendrá con un EP instrumental como compañía, y por eso postea seguido con sus pensamientos en el “anti-blogga” de su página web, www.flaviomandinga.com. “Puedo ser muy colgado con otras cosas, pero con lo mío soy casi un adicto al trabajo”, confiesa. “Desde que me levanto estoy escribiendo, tocando. Siempre fui un pésimo estudiante, no tenía método, pero cuando estudié bajo lo aprendí y ahora lo aplico a otras actividades.” ¿Y cómo llegó al libro? “Afortunadamente, tengo poco filtro con lo que hago: me gusta o no, eso es todo”, explica. “Rocanrol está hecho por un tipo que no tiene armas ni es un intelectual. Leo bastante, porque vengo de una familia lectora, pero sin el rigor de un intelectual. Pero escribo y para mí eso es suficiente. ‘A vos no te gustaba, no me interesaba.’ Y no contento con mi caradurismo total de publicar Rocanrol, estoy escribiendo una novela llamada Sonidero. ¡Ya tengo cincuenta páginas!”