“Estamos viviendo la fiebre YouTube”, lanza Pablo Batlle, director general creativo de DDB Argentina. Su agencia este año pateó el tablero invitando a “quien quiera” a realizar el final de un spot para la compañía de Internet Speedy. Aquí la motivación no era acercarse al imaginario de un artista. “Que de un video de un minuto te ganes el premio de la casa de Gran Hermano, haciendo lo que querés, lo que te gusta, creo que está bastante bien, ¿no?”. Para el creativo lo más sorprendente de la convocatoria fue la calidad de los trabajos presentados: “se nota que hubo inversión en los ganadores”, destaca. Y, según él, lo esencial en este tipo de propuestas es generar, en sus palabras, “uauuuh”.

“Lo nuestro era medio complicado. Primero emitíamos un spot por televisión sin final. Luego los concursantes tenían que pensar el futuro y enviar los videos por Internet. Finalmente elegimos al ganador y de vuelta a pasarlo por televisión. Creo que es claro que la gente está muy despierta, hay un nuevo sector mucho más participativo, sobre todo el de Internet. Lo que se busca es sorprender. Hay que generar el uauuuh. El problema es que todo los días sale un uauuuh distinto.”

A esta modalidad se suman aquellos que buscan la simple retribución del ocio, jugar un rato con la cultura pop. Para ellos, el llamado marketing virtual ofrece propuestas atractivas. Al simpsonearse (Simpsonizeme. com) se acoplan los southparkizados y los saludos de Carlos Salvador Bilardo para el día del amigo. Hasta el propio Bob Dylan brinda parte de su imaginario, estrategia de campaña de lanzamiento de su último compilatorio. Desde Dylanmessaging. com es posible reeditar a piacere el video de Subterranean Homesick Blues. Corto que fue la génesis de los videos, icono de la contracultura americana, con Dylan dejando caer carteles en un callejón perdido, filmado por D. A. Pennebaker y con la aparición final del poeta beat Allen Ginsberg. Ahora está ahí, con los carteles vacíos, sólo es necesario escribir algo impactante.