Está en el ambiente. Se escucha por ahí. Público, músicos y varios periodistas empezaron a usar esta fórmula –”indie cabeza”– para referirse a lo que viene sucediendo con El Mató y las bandas alrededor del sello Laptra (como no podía ser de otra manera, autogestionado de manera lowfi por los propios grupos). Para un país que ya cuenta con una triste y larga lista de usos racistas del término –de cabecita negra y “rock cabeza” a “negro cabeza” y “negro de alma” (sic)–, una nueva utilización de la palabra no puede pasar desapercibida. ¿Cómo lo toman los propios destinatarios? Depende. Como pasa en Estados Unidos con nigger (que es reivindicatorio si lo utiliza un negro, pero racista si lo pronuncia un blanco), la idea de lo cabeza cobra distinto valor de acuerdo con quién lo esgrima, por qué y para qué.

–¿Hacen “indie cabeza”? ¿Qué les produce esa definición?

Chango (El Mató): –No sé qué decir de eso. Es simpático el mote.

Maxi Prietto: –Que digan cabeza como definición ya no da ni para discutir. La gente que dice eso es gente que tiene miedo. Son los que dicen: “Ay, nosotros somos indies, no exhibimos nuestra fucking parte carnal” (risas). No, no es que los de El Mató sean cabezas. Es que lo que dicen eso son putos. Pero no porque les gusten los hombres... ¡sino porque no se animan a estar locos!

Shaman: –No me causa nada. Está bueno igual, porque lo cabeza está bueno.

Gato (107 Faunos): –Lo del indie cabeza es una cosa del concheto porteño. Así planteado me causa gracia. Igual siempre nos sentimos cabezas (risas).