LE MICROKOSMOS, INFLUENCIA MáS ALLá DEL GéNERO
› Por Facundo Enrique Soler
En el universo de música electrónica con voces aliens y sintetizadores espaciales que Le Microkosmos creó durante los últimos 4 años, es difícil encontrar un lugar común con la obra de Luis Alberto Spinetta. La primera pista para saber que Guillermo Beresñak y Pablo Retamero, los ideólogos de este mundo fantástico, tienen una relación directa con la obra del Flaco es Y vas donde sonrisas te dan esos encapuchados de un mundo nuevo, el disco debut del dúo lanzado en 2009 cuyo título es prácticamente un extracto de la letra de Credulidad, el tema de Pescado Rabioso. “Nos juntábamos a grabar y siempre terminábamos zapando canciones de él. Cuando hicimos ése nos miramos, nos reímos y nos dimos cuenta de que teníamos el nombre del álbum”, explica Retamero acerca de este homenaje, que cierra perfectamente con la estética de la banda: siempre que se presentan en vivo lo hacen con capuchas cubriendo sus cabezas.
“El Flaco es un poco lo que me llevó a hacer música; al oírlo agarré un pianito de juguete que era de mi mamá y me puse a intentar sacar las notas de sus temas. Fue el motor que me llevó a la melodía y a la poesía, gracias a él conocí a tipos como Artaud o Baudelaire”, se suma Beresñak, dejando en claro la capacidad didáctica que Luis Alberto tenía en su público: no sólo hacía música increíble sino que también daba clases sobre otros aspectos del arte. “Nos enseñó a ser buenas personas, a mirar dentro de nuestro corazón. Es una inspiración en todo sentido.”
El nuevo disco de Le Microkosmos está en camino y ambos integrantes de la banda aceptan que las influencias spinetteanas tienen mucho que ver a la hora de grabar. “Estamos trabajando en temas acústicos, sólo piano y guitarra. Eso suena muy a la etapa de Kamikaze. También empezamos a componer en español, teniendo en cuenta el consejo que él le dio a Manal hace un par de décadas”, explica Beresñak.
Si queda alguna duda de que la obra de Spinetta tiene mucho que ver con la existencia de Le Microkosmos, hay que salir a revisar la psicodelia y el surrealismo que estos dos pibes generan en sus canciones. Viajes cósmicos repletos de paisajes inimaginables, siempre volviendo a las emociones básicas como el odio, la adrenalina y, sobre todo, el amor. “Si hoy tengo que elegir mi tema favorito de él, te digo Plegaria para un niño dormido. Mi esposa está embarazada y hace unos días le puse el auricular en la panza con esa canción sonando. Fue un lindo momento”, concluye Retamero.
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