Andy Chango volvió justo para la cosecha, pero jura que fue casualidad. Instalado en Buenos Aires después de 16 años de exilio madrileño, el músico y conductor de radio –flamante figura de la nueva programación de Nacional Rock con su programa La espuma de las noches, todos los sábados a la medianoche– y memorable activista de la causa a través de su música y de sus inolvidables irrupciones en el programa de Mauro Viale, ya no sabe muy bien si considerarse un verdadero militante. “Si la militancia consiste en fumar, soy el militante más grande del mundo, porque en treinta años nunca dejé de fumar porro. Pero tampoco voy a ser un luchador por todos”, dice Chango al NO. “Mientras haya márgenes mínimos de libertad para comprar y fumar tampoco tengo mucho más para aportar al tema”, dice.

Cuando Andy se instaló en España en 1997, quedó obnubilado por el turismo cannábico que lo tenía viajando periódicamente por Marruecos, Amsterdam y de vuelta a Madrid, donde, asegura, se fuma “genial”. Ahí, alcanzó interesantes incursiones en el mundo del autocultivo. “Hice mis experiencias y me salían muy bien, muy orgulloso”, confirma Andy. “Pero tampoco soy fanático de la parafernalia como sustancias estimulantes para las plantas o esas cosas, yo siempre me deposité en manos de la madre naturaleza. Tuve una vez seis plantitas en mi jardín, me ayudaba a cuidarlas un jardinero, y salieron una perfección total sin ponerles cosas raras. Me encanta tirar una semillita y que la tierra te sorprenda.”

Mientras prepara para el 28 de junio en La Trastienda la presentación de su último disco San Lorenzo Super Star, una ópera rock de 12 minutos de duración, Andy Chango celebra la profundización del debate y lanza su teoría: “El tabaco me parece un desastre para la salud, pero un par de porritos al día no le pueden hacer mal a nadie”.