EL MEGAMIX SONORO DEL NUEVO DISCO
Deconstruyendo “Turfshow”
Verdadero citódromo del rock, Turfshow no esconde ni disimula sus musas sino que las explota y a mucha honra. ¿Dónde termina el hurto y dónde empieza el homenaje? Qué importa, el disco está bueno. Tomemos la lupa y empecemos. “La emoción” introduce en clima con un avión a lo “Back in the URSS” de Los Beatles y, para seguir en plan McCartney, tiene una intro con vientos igualita a la de “Silly Love Songs”, de Wings. Sigue el posible hit “Chicas malas”, donde las guitarras sueñan con ser KISS, con pura dureza glam. “El centro musical”, además de mencionar al Santo Patrono de Turf –Charly García, por supuesto– en la letra, tiene aire y coros dignos de una escola do samba, y un fragmentito que llega directamente del “Feliz, feliz en tu día” de Gaby, Fofó y Miliki (“y que reine la paz en tu día”) en el que Joaquín juega a Roger Daltrey. El hit “Loco un poco” es una picadita de inspiraciones: empieza como Serú Girán, tiene onda a Jorge Serrano, pela vientos a lo big band de pueblo (uy... ¿La Mosca?), descansa el estribillo en la melodía de “She Bangs the Drums” de los Stone Roses y termina con silbiditos Club del Clan. La sabrosa y muy divertida “Ranchera” –cuya letra, metadiscursiva y paradójica, explica cómo escribir una canción– tiene un sonido rural como el de los Rolling Stones de Brian Jones y el puente, tan propio de Blur en la era brit-pop, recuerda cuando Turf, en sus comienzos under, llevaba el mote “Blurf” por su supuesta identificación damonalbarniana. En “Cuatro personalidades” el estribillo corporiza al ex gobernador y futuro suegro de Iván Noble, Palito Ortega, y el contagioso y eufórico final vuelve sobre los Stones del ‘66/’67 y, de paso, al “Hello Goodbye” de Los Beatles. “Yo no me quiero casar, y Ud.?”, además de incluir la ilustrativa marcha nupcial, empieza cual revival de “Mucho mejor”, el hit de Ariel Rot en Los Rodríguez. La letra de “Vago” es la versión hard y desesperada de “La guitarra” decadente (muy buena la calamárica rima a tres bandas “me estoy acostumbrando a la vida del relajo, que se vayan al carajo, no nací para el trabajo”), y las capas de guitarras y voces –Beatles otra vez– recuerdan a “She’s so Heavy”. El otro gran megamix es “Delfines”: la letra, llena de águilas altas en el cielo, revisita la canción patria “Aurora”; la melodía se inspira en los Beach Boys; el instrumental es un pequeño asalto a “In the City” de The Jam y –bonus track– aparece un fragmento cut & paste de “Demoliendo hoteles”. El gran final, “La chispa de mi mente”, anda a los arrumacos con Sinatra y con la música de “El golpe”: títulos de cierre, temática circense y aplausos tipo Sgt. Pepper. Después de todo, ¿a quién no le gusta el tutti-frutti?
J.A.
Nota madre
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