Una familia de estrellas
Según escribió Stephen King en el librito del álbum tributo We’re a happy family, los Ramones “salvaron al rock and roll cuando éste necesitaba ser salvado”. Nada más cierto. Pero también lo es que el status de los Ramones fuera de la Argentina (y quizá Japón) siempre fue el de una banda influyente, pero que nunca perteneció al Olimpo de los que facturan de a millones, como muchos de los que les rinden homenaje en este CD. A diferencia de los tributos argentinos, We’re a happy family tiene un notable cartel de estrellas. También tiene un texto del mismísimo Stephen King, los dibujos de Rob Zombie y una compañía multinacional para respaldarlo. Por lo general es saludable que los artistas se apropien de las canciones, pero eso no funciona bien aquí. Por eso, aunque algunos salen bien parados (Tom Waits, Eddie Vedder, Rancid), el tributo carece del espíritu Ramones, de la mugre urbana necesaria en estos casos.