INEVITABLES
El 15 de marzo arranca la cuarta edición de Teatro Bombón, festival permanente de obras cortas curado por Monina Bonelli y Cristian Scotton. Estas piezas escénicas reúnen a directores, dramaturgos y actores, que conciben la obra corta pensada en torno de la arquitectura de La Casona Iluminada, y para un selecto público de no más de veinte personas en forma simultánea. Una oportunidad para que el espectador haga un recorrido por los recovecos de esta casona art nouveau y deguste estos “bombones” teatrales, armándose un menú personal con las propuestas que le interesen. Además, ILU cuenta con un salón de té y delicias que funciona dentro de la dinámica del festival. Ciro Zorzoli, Amparo González Solá, Carlos Belloso, Santiago Gobernori, Pablo Rotemberg, Lorena Vega, Martín Seijo, entre otros, presentan “bombones” teatrales para degustar.
Domingos, entre las 17 y las 21 en La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada por obra: $ 80.
Vuelve la exitosa ópera hablada de Rafael Spregelburd, ridícula fantasía apocalíptica actuada en vivo por el autor, entre insólitos paisajes musicales de cables, aparatos y resabios de hits que ejecuta en vivo Zypce. Es la historia de un profesor napolitano, un lingüista vanidoso que sufre un insólito accidente y pierde la memoria de los hechos. Hay que reconstruirlo todo, en contra de las burdas leyes del azar; hay que reunir causa con efecto. Hasta donde sabemos, el héroe se ha negado a corregir la tesis de una alumna. Después, un mail de spam lo involucra en una aventura digna de James Bond entre traductores de Google, mafias chinas, métodos dudosos para alargar el pene, retazos mal deducidos de un diccionario extinto, fantasmas de Caravaggios y de niños y aires de apocalipsis. Corre 2012 y a los mayas se les acaba el tiempo. Pero el tiempo en realidad no existe: es mera administración del hambre.
Viernes y sábados a las 21, Teatro El Extranjero, Valentín Gómez 3378. Entrada: $ 150.
...want to dance. Cinco años atrás, cuando se presentó en un Luna Park repleto, si algo demostró Stuart Murdoch es que le gusta bailar. Así que no importa que éstos no sean precisamente tiempos de paz, Belle and Sebastian quiere hacer bailar a las chicas –y a los chicos– en el flamante Girls in Peacetime Want to Dance –algo así como Las chicas en tiempos de paz quieren bailar–, noveno disco de estudio de un grupo que nació para combatir el síndrome de fatiga crónica que aquejaba a su líder, que hoy parece no poder dejar de lustrar la pista de baile. Primer disco del grupo desde Write about Love (2010), regreso a casa después de las aventuras cinematográficas de su líder, Girls está producido por Ben H. Allen, que oficia de tal para Animal Collective, y parece haber colgado la bola de espejos en el techo para el buen Stuart, en un disco que arranca con un clásico Belle and Sebastian como “Nobody’s Empire”, pero inmediatamente se europopiza en toda su gloria, incluso en un tema con un título tan anticlimático como “Enter Sylvia Plath”.
El último disco de Kiss con su formación original, Love Gun (1977) es el primero también del comienzo de la democracia del grupo, que puso en pie de igualdad las canciones de Ace Frehley y Peter Criss con las obviamente más logradas de Gene Simmons y Peter Stanley. Ubicado entre Destroyer (1976) y Dynasty (1979) en la historia del grupo, para su flamante reedición cuenta con un CD extra con demos, versiones en vivo y hasta una entrevista. “Love Gun”, “Christine Sixteen” y “Shock Me” son algunos de los clásicos, además de la cachonda “Plaster Caster”, dedicada a una groupie, Cynthia Plaster Caster, que se hizo famosa por sus esculturas de moldes de los penes de músicos famosos, entre los que se contaba Jimi Hendrix.
Cheap Thrills es el título original de esta rara película que funciona como una suerte de remake no oficial de un episodio clásico de la serie Alfred Hitchcock presenta y que ya Tarantino había rehecho (oficialmente) en los ’90 en el film colectivo Cuatro habitaciones. No oficial, porque su director, el debutante E. L. Katz, se arroga la autoría de este descarado ejercicio de provocación, con sus ideas ingeniosas, salvajes, cínicas, y cierta misantropía. Sus protagonistas son cuatro: dos tipos económicamente quebrados y desesperados; el tercero, un sujeto canchero y adinerado (David Koechner, surgido de las filas de Saturday Night Live), y su bella y abúlica esposa (Sara Paxton). El matrimonio se aprovecha cruelmente de la desgraciada situación de los dos primeros, sometiéndolos a una serie de perversas apuestas, simplemente para divertirse a costa de ellos. Sus sádicas propuestas son en un principio más o menos inofensivas, pero luego el riesgo de cada desafío trepa hasta alcanzar niveles inauditos de escatología y violencia física. Si uno abstrae cierto discursillo moralistoide, todo el asunto resulta bastante entretenido. Tras breve paso por los cines, llega al dvd.
Se la solía conocer como La noche de las narices frías, y es buenísima, una de las grandes películas animadas del Disney de los años ’60; esa en la que cada perro se parece a su amo (o cada amo a su perro); la de Pongo, Perdita y sus manchados cachorros y, por supuesto, la de Cruella De Vil, uno de los villanos más extravagantes de la historia del dibujo animado. Bueno, esa misma película acaba de regresar al dvd, formato en que se había vuelto difícil de conseguir, ahora con su nombre moderno de 101 Dálmatas (que traduce literalmente el original) y acompañada de la no tan buena 101 Dálmatas 2: una aventura en Londres y una serie de extras que incluyen el videoclip de Selena Gomez “Cruella De Vil”, y un par de documentales de making of: “Introducción a los Dálmatas: presentado por Cameron Boyce” y “Documental Canino”.
Combinando el policial rural, elementos de western contemporáneo y de la comedia más conscientemente artificiosa, la ópera prima de Juan Schmidt –estrenada en la Competencia Argentina del 28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata– sorprende recorriendo “llanuras y cielos cercanos, con una historia de bandidos plagada de mitología cinéfila”. Una banda profesional da un golpe millonario en una financiera del centro. Los criminales escapan, buscan refugio mientras esperan sus pasaportes falsos, y lo encuentran en un paraje perdido en la vasta pampa argentina. El lugar es tranquilo, pero los protagonistas –que hacen tiempo cargando dos bolsos llenos de dinero, armas, y una tendencia a poner todo de cabeza– están tensos, y el comisario no tarda en empezar a atar cabos. Con guión de Schmidt, del crítico Marcos Vieytes y Fabián Roberti, y un reparto de no-estrellas encabezado por Enrique Papatino, Cutuli y Horacio Camadulle, Polvareda monta una secuencia explosiva de asados, fútbol y tiros, a mitad de camino entre el nuevo cine argentino y el viejo cine de acción.
Miércoles de marzo a las 20, en el Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes al 1543
Nacido y criado en Panamá, instalado en Israel a los 20 años y graduado en relaciones públicas en EE.UU., Abner Benaim regresó hace diez años a su país, donde fundó la productora Apertura Films; con ella realizó el documental Empleados y patrones y este film que cuenta “la tragedia y la farsa de la invasión estadounidense de 1989 que quitó del poder al general Noriega”, pero no la Historia Oficial, sino el recuerdo de testigos directos y un profuso material de archivo. Entre sus entrevistados están los pobres residentes del bombardeado barrio El Chorrillo, y algunos panameños famosos como Roberto “Mano de Piedra” Durán y Rubén Blades; todos testimonios dispuestos para reabrir la discusión sobre un tema que muchos hubieran querido olvidar.
Sábados a las 20, en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415
Creada y coproducida por la extraordinaria Tina Fey y Robert Carlock (también de 30 Rock), la nueva serie de Netflix está disponible completa –es decir, los trece episodios de la primera temporada–, a la manera de las nuevas plataformas de contenidos online, desde hace poco más de una semana, para que quien así lo quiera, la vea en maratón. Tras quince años de pertenencia a una secta, Kimmy (Ellie Kemper, de The Office) se dispone a recuperar su vida y empezar de cero en Nueva York. Con poco más que una mochila, sus zapatillas y un par de libros vencidos de la biblioteca, y un espíritu algo naïf pero resistente, sale a enfrentar el ancho y ajeno mundo real. No le cuesta encontrar trabajo (junto a Jane Krakowski, otra grande de 30 Rock), un lugar donde alojarse y alguien con quien compartir las cuentas (Tituss Burgess): un nuevo comienzo. El reparto se completa con Lauren Adams, Sara Chase, Sol Miranda y la gran veterana Carol Kane. Tina, al menos por ahora, sólo aparece en tres capítulos: todo no se puede.
En Netflix
A todos los clones los interpreta la misma actriz, pero cada uno –y ya son más de ocho– cobra vida de tal manera que es imposible no tener un personaje favorito cuando uno empieza a ver esta atrapante serie canadiense creada por Graeme Manson y John Fawcett. Prueba del impresionante talento de Tatiana Maslany, la chica que les pone el cuerpo a todas, capaz de desdoblarse una y otra vez. En esta segunda tanda de episodios –ya hay una tercera en camino– el misterio alrededor de la conspiración de los clones crece y se complejiza: en Kira, la hija de Sarah, parece cifrarse una de las claves genéticas detrás de la cual están el instituto Dyad y sus inescrupulosos responsables, como el doctor Aldous Leekie, Delphine Cormier (la científica enviada a supervisar a su eventual amante Cosima); y una nueva y poderosa figura interpretada por la bella veterana Michelle Forbes. Irresistible.
Martes a las 23, por A&E
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