SALí
Para los amantes de gastronomía, los supermercados del Barrio Chino porteño son la Meca, con sus góndolas inundadas de tesoros desconocidos y comestibles. Pero, hay que reconocerlo, el pintoresco ambiente de Ichibban, Asia Oriental o Casa China, con omnipresente aroma a pescado y salsas oscuras, no es para todos. Por eso, ahora existe Tina & Co., que ofrece el mismo espíritu pero con una vuelta de tuerca diferencial desde el diseño y la logística.
Esta verdadera torre de compras arranca en planta baja con un surtido de conservas, especias e ingredientes, y sigue en el primer piso con una selección de tés argentinos, ingleses y chinos, además de golosinas llamativas. En la tercera planta se despliega un completo bazar donde la cristalería más sobria convive con alegres juegos de vajilla y las muñequitas kokeshis con los vinilos para decorar paredes, mientras que decenas de prolijos frascos muestran artículos de cocina. La propuesta se completa con una cafetería, donde las sillas pintadas en distintos colores de tonos vibrantes dan al lugar un espíritu de alegre e íntimo refugio, incluyendo un pequeño jardín protegido por un techo de cañas que filtra los rayos del sol. Y, gracias al ascensor, los clientes pueden disfrutar de un almuerzo o merienda sentados junto al carrito ya cargado de flamantes compras.
La breve carta ofrece combos a buen precio, como la tabla de 10 unidades de sushi más bebida y postre o café o, en una onda más criolla, las tres empanadas con guarnición, bebida, postre ($ 80). Las ensaladas ($ 75 con bebida más postre o café) se preparan en el momento con los ingredientes frescos exhibidos en el mostrador refrigerado. La pastelería es casera, con buenas tortas ($ 45 la porción), cookies ($ 15) y budines ($ 35). Indispensable animarse con alguna bebida exótica, como los batidos de néctar de flores o de lychee ($ 45) o las gaseosas importadas como Fanta Maracuyá ($ 36) o la brasileña Soda Antártica ($ 30). Una experiencia renovadora en la tradición del barrio chino porteño.
Tina & Co. queda en Mendoza 1678. Teléfono: 4781-6799. Horario de atención: todos los días de 9 a 20.30.
La ficattola es una focaccia de la zona de Toscana, cuya receta, como suele pasar con los platos más tradicionales, varía con obstinado orgullo dónde y quién la haga. En Buenos Aires, el nombre sirve de pista para adivinar las raíces de esta coqueta esquina en esa franja difusa donde Colegiales se transforma en Belgrano.
Por las mañanas, en el salón de Ficattola, con su techo alto, paredes de ladrillo a la vista y grandes ventanales, conviven parejas mayores con jóvenes instalados con su laptop, todos aprovechando los combos de desayuno (desde $ 40). También hay un desnivel donde no cuesta nada imaginar un festivo almuerzo de familia numerosa, bien a lo tano. Su menú de raciones resulta ideal para ese tipo de encuentros, con algunas propuestas de picoteos que agrupan platillos como ajos confiados, hongos rellenos gratinados, tarta del día, fritatta y bowl con ensalada ($ 110) o croquetas, bondiola braseada (que se deshace con el tenedor), berenjenas a la parmiggiana, focaccia calentita y ensalada ($ 110). Otro de sus fuertes es la salumería (embutidos y etcéteras), con raciones de porchetta ($ 40), muy buena polpetta ($ 45) y mortadela ($ 45). También ofrecen sándwiches y ensaladas. No importa cuál sea la elección, hay que reservarse para el postre, sea el esponjoso tiramisú ($ 45) o la contundente chocotorta, acompañadas con un café italiano que llega a la mesa en su cafetera moka ($ 30).
Como cierra a las 22, otra buena idea es aprovechar su rotisería (todos los platos y raciones se pueden pedir para llevar). Además, en ese sector, entre canastas con unas hojaldradas medialunas ($ 7 cada una), panes toscanos (desde $ 30) y distintas focaccias (desde $ 22), Ficattola suma como bonus track un mini bazar, donde se consiguen gadgets de diseño para la cocina: hay juegos de salero y pimentero, individuales, repasadores y agarraderas, pequeñas cacerolas de hierro y simpáticos identificadores para las copas de vino. Cada rincón suma encanto a una feliz e italiana experiencia gastronómica.
Ficattola queda en Amenábar 1200. Teléfono: 4784-2131. Horario de atención: martes a domingo de 8 a 22.
¿Cuántas cosas bellas pueden entrar en unos pocos metros cuadrados? Si se toma Ramón Generales como parámetro, la respuesta es muchas, muchísimas. Para empezar, menos de seis meses de vida le bastaron a esta pequeña cafetería para ganar ese aire de barrio que sólo logran los lugares que cuentan con el amor incondicional de los vecinos. Un detalle que se percibe cuando los clientes llaman a los dueños, Rodrigo y Leila, por su nombre, cuando hacen un pedido para llevar indicando “estoy acá al lado, en la casa de Fulano”, o cuando pasan por segunda vez para ver si ya llegaron esas hermosas tacitas de edición limitada. Porque en Ramón Generales, mientras se disfruta el sandwich de pollo con palta, tomates confitados y mayonesa casera de oliva en pan ciabatta, la tarta de champignones, cebolla y queso o la ensalada de verdes, peras caramelizadas, croutons, nueces y escamas de parmesano (desde $ 55), la mirada se pierde entre los maravillosos hallazgos de su bazar.
En una primera visita, es difícil no empezar recorriendo sus estanterías y el entrepiso, donde se encuentran textiles chilenos, papeles estampados de la famosa marca Paper Source, lamparitas de estilo vintage, enlozados de Brasil y Paraguay traídos en constantes viajes exploratorios, entre otras cosas. Luego es cuestión de acomodarse en alguna de las mesas (no son más de siete, entre el interior y la vereda), pedir una golosa torta bombón, de chocolate, dulce de leche, crema y merengue ($ 28, libre de gluten) con una limonada ($ 25) o unas tostadas con dulce casero, queso, manteca y miel ($ 35) o un budín de coco y frutos rojos ($ 18) con un café con leche ($ 25) y ver pasar la vida tranquila de Chacarita.
Por ahora hacen sólo horario diurno, pero, aprovechando la movida teatral que se está haciendo fuerte en la zona, en sus planes cercanos está abrir algunas noches con propuestas especiales. Vale la pena estar atentos a todas sus novedades.
Ramón Generales queda en Jorge Newbery 3791. Teléfono: 4553-8430. Horario de atención: martes a sábado de 11 a 19.30; domingos de 16 a 20.
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