SALí
› Por Sebastián Laffaye
De entre todas las cocinas regionales argentinas, la del noroeste es por lejos la más difundida en Buenos Aires, aunque muchas veces esto se traduzca en opciones de calidad discutible, alejadas de la tradición. Por suerte, todavía es posible encontrar enclaves como La Tucumanita, que en sus tres sucursales muestra respeto y conocimiento por esta cocina emblemática.
El local del Microcentro (los otros dos están en Belgrano y Barrio Norte) es sencillo y acogedor. Ocupa una casa antigua con entrepiso de madera, salpicado aquí y allá de detalles telúricos. El ambiente es correcto; aunque el secreto no está en el decorado, sino en lo que llega al plato. Por ejemplo, para la masa de las empanadas, utilizan grasa de pella derretida, lo que le otorga sabor y una maravillosa textura. Hay de nueve gustos ($ 14 cada una, $ 160 la docena), aunque las más recomendables –y típicas– son las de carne cortada a cuchillo, en su versión picante. También hay un enorme sandwich de milanesa ($ 50) con un pequeño detalle que lo ubica por encima de la media: la milanesa se fríe en el momento.
De todas maneras, con el frío que aprieta, las empanadas van perdiendo lugar a manos de la comida de olla. El locro ($ 60) sale bien cargado de proteínas, acompañado de una muy rica salsita de ají. También hay lentejas con chorizo colorado ($ 60) y tamales envueltos en chala ($ 40).
Si de elegir una receta se trata, la humita en olla ($ 60) se lleva todos los aplausos, por su exquisita sencillez: choclo rallado a mano, zapallo, queso y poco más que la mano del cocinero para lograr un plato que en sí mismo justifica la visita. Es cremoso y contundente, pero también fácil de digerir y continuar así el trabajo de oficina. Todos los guisos se acompañan con una galleta horneada con pequeños chicharrones de grasa adictiva.
Con el personal que maneja la cocina nacido en Tucumán, este negocio familiar abreva en lo mejor de las tradiciones culinarias del norte argentino. El oficinista de Microcentro, que busca de precio y calidad, agradecido.
La Tucumanita queda en Rivadavia 776 (sucursales en Arenales 2882 y Olleros 1763). Teléfono: 4345-6588. Horario de atención: lunes a viernes de 12 a 15.30.
La comida peruana ya forma parte del paisaje gastronómico porteño. Con opciones para todos los bolsillos, la zona que rodea al Abasto reúne a reductos con precios populares, mayormente frecuentados por la propia comunidad peruana. Los menúes son amplios y conjugan comida de la costa y de la sierra (por falta de ingredientes, la amazónica no es factible en estas latitudes), además de sumar una de las grandes pasiones gastronómicas peruanas, el pollo a la brasa.
El Rey, con más de 15 años de vida, ofrece todo esto con una ambientación y comida que se ubican un par de escalones por encima de sus competidores barriales: iluminación correcta sin invadir, mesas vestidas con mantel y sobremantel, sillas cómodas y buenas copas para los vinos.
Antes de comenzar, los mozos acercan la canchita (el crocante maíz frito) y unas salsitas picantes que invitan a remojar el pan. Una buena idea es comenzar con los clásicos ocopa o papas a la huancaina ($ 95/80), aunque si el día está frío, lo mejor será un chupe de camarones ($ 120) o un caldo de gallina ($ 100).
Las comidas criollas de los Andes suelen ser sustanciosas, ideales para épocas invernales. El seco de cordero ($ 130) es un sabroso guiso con cilantro y ají amarillo, acompañado de frijoles, arroz y ensalada criolla. Otro plato calórico es el tacu tacu con bistec ($ 130), mezcla popular de frijoles y arroz que se pasa por sartén para formar una capa de tostada. También hay platos de la cocina chifa (chino/peruana) como el cerdo agridulce, tallarines saltados o el arroz chaufa, todos aptos para dos personas. Y por supuesto, el pollo a la brasa con papas y ensalada, para llevar o comer en el local.
Carta de vinos de bodegas tradicionales, con precios algo elevados. Pero lo mejor será ir por la cerveza de litro para acompañar los picantes.
Comida bien preparada y abundante, ambiente confortable y mozos que explican lo que sirven redondean una muy buena oferta para la salida del cine o de los teatros independientes del Abasto.
El Rey queda en Agüero 457. Teléfono: 4867-3233. Horario de atención: lunes a viernes de 18 a 24; sábados y domingos de 12 a 24.
En una coqueta esquina de San Isidro, sobre la gastronómica avenida Dardo Rocha, Ike Milano se presenta como un orgulloso restaurante italiano, exhibiendo las credenciales de los dos socios a cargo: por un lado, el milanés Alberto Giordano, dueño de la propiedad; por el otro, el cocinero Giuseppe Maddalo, de La Puglia, a cargo de los fuegos.
La casa reformada ofrece un ambiente despojado, con preponderancia del blanco, y mesas convenientemente separadas. De líneas modernas, el local amalgama simplicidad y modernidad, sin dejar por esto de ser acogedor. Al mediodía es frecuentado por público de las oficinas de la zona, mientras que por la noche el ritmo se relaja al paso de las parejas o familias del barrio.
La idea de estos socios italianos es compartir las recetas de sus respectivas familias, manteniendo dentro de lo posible los sabores originales de su península. Un ejemplo es la zuppetta di cozze ($ 105), un sabroso caldo de mejillones servido con pan tostado, perejil y base de vino blanco. Otro clásico, la parmigiana de melanzane ($ 90), sale gratinada y bien caliente, y es una buena opción para comenzar la comida.
Para contrarrestar la temperatura, las pastas son bienvenidas: por ejemplo la pasta a la bolognese ($ 115) o unos muy buenos penne alla puttanesca ($ 115), con ese punto de anchoas para los que gustan de sabores intensos.
Los risotti ($ 120 a $ 170) siguen el mandato tradicional, usando una base de arroz carnaroli, y llegan a la mesa con un dente perfecto. Muy recomendable el risotto valdostana, con manzana y roquefort.
Hay más opciones, para todos los gustos: la griliata ($ 295, para dos), con pescados y mariscos frescos a la plancha es ligera y sabrosa; y para carnívoros contumaces, lo mejor será ir por un bife de chorizo empanado con hierbas o un lomo con panceta y reducción de Campari. La carta de vinos es corta, y muestra precios amables. En Italia, muchas veces, el norte y el sur se celan mutuamente, con rencillas que vienen de lejos. En Ike Milano encontraron la paz a través de su comida.
Ike Milano queda en Av. Dardo Rocha 2606 (San Isidro). Horarios de atención: lunes a domingos de 12 a 15; martes a sábados de 16 a 24. Teléfono: 4717-2993.
Fotos: Pablo Mehanna
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