Galpón de té

Tartine homenajea al Sombrerero Loco

¿Quién puede olvidarse de la fiesta de Feliz-no-cumpleaños de Alicia en el país de las maravillas, donde la joven protagonista tomaba el té acompañada de personajes excéntricos? Aún falta para el esperado estreno de la versión de Tim Burton, pero para aquellos ansiosos que no pueden esperar a Disney, se ha preparado un circuito de locales donde se sirve el Té de Alicia. Tartine, una casa de “crêpes y bakery”, denominó su propuesta El Sombrerero Loco. Entre otras delicias incluye una cookie de chocolate y frutilla en forma de espiral, un cupcake con granola de colores y un scon de queso con forma de reloj. Además una croissant con forma de zanahoria, ensalada de frutas, jugo de naranja y vajilla especial, con tazones antiguos y tetera humeante para la ocasión. Por $ 40 meriendan dos personas de buen comer, y hasta es posible que sobre algo. Tartine dejó de ser un galpón para pasar a ser un bar boutique a principios de octubre del año pasado. Setenta personas en total pueden ocupar las mesitas individuales, los largos tablones grupales o el sector especial colorado. No es casualidad que este lugar forme parte de la propuesta. A falta de Johnny Deep oficiando de Sombrero Loco y sirviendo el té de la tarde, el baño de mujeres está empapelado con fragmentos e ilustraciones del libro original de Lewis Carroll, y es mera casualidad. Sólo por eso no podía quedar afuera de esta aventura gastronómica.

Tartine queda en Arévalo 1488.

Abierto todos los días de 9 a 20. Tel.: 4776-1389.

El perfecto colegial

Sergio De Loof ambienta el té de Pipí Cucú

Otro de los lugares elegidos para rendir homenaje a Alicia es Pipí Cucú. Y para la ocasión armó tres opciones inspiradas en la épica película de fantasías y aventuras: el Menú Maravillas, el Menú del Tiempo y el Menú Jardín de Rosas. Los precios son más que accesibles y varían entre $ 18 y $ 24. La mesa se sirve con mantel blanco y vajilla de lujo, con tazas y platitos antiguos como los de nuestras abuelas. A esta altura ya es obvio que el eje de la nueva obra de Burton es el té. Pero en este caso es un té que se puede tomar a cualquier hora. Porque muchos piden la promoción a la mañana, al mediodía o a la tardecita. Alicia es una fiel representante de vanguardias artísticas de fines del XIX. Toda su estética, entre naïf, rococó y kitsch, llega a buen puerto, porque de la ambientación de Pipí Cucú se encargó el mismísimo Sergio de Loof en persona, mezclando art déco con vintage, romanticismo y collages de recortes para la vidriera. Y lo más lindo de todo es el entorno: el bistró se ubica en un edificio antiguo y colonial, escondido en lo que algunos llaman Colegiales y otros Belgrano. Caer en Pipí Cucú es caer en universo de personajes extravagantes. No estará el Conejo Blanco, ni el Gato de Cheshire, ni la temerosa Reina de Corazones. Pero desde De Loof hasta el barman que ofrece tragos exóticos, el team del lugar es un grupo variado y con generosa experiencia que siempre tiene anécdotas para contar.

Tartine queda en Arévalo 1488.

Abierto todos los días de 9 a 20. Tel.: 4776-1389.

Francés y de barrio

El pan casero de Le Blé, un ex almacén de barrio

La vidriera de la boulangerie-patisserie-bar con toldito a rayas anuncia con una calcomanía rosa en forma de tetera que en el local se sirve el té de Alicia. Pasen y vean. Le Blé se preparó de forma muy especial. Aprovechando sus dotes de cocina francesa, armó unas cookies de fantasía con forma de vestiditos, budín con mermelada de tomate casera, un cupcake, todo acompañado por té con leche. Las servilletas floreadas le dan color al menú. Y además, para recibir a la niña que cae y cae al empezar sus aventuras, compraron vajilla y hasta unas minilecheritas para acompañar la velada. Ya son famosos el pan de campo, las croissants, el pain au chocolate, los muffins y las tarteletas de este lugar, ideal para desayunos, brunch o merienda. Y se sumaron al desafío para crear su propia interpretación de la novela que se convirtió en clásico de literatura infantil, a pesar de los múltiples absurdos, metáforas y complejidades de la trama. Un motivo más para ir a Le Blé, pequeño bistró, ex almacén de barrio donde los panaderos y pasteleros amasan a la vista de su público. Así les rinden homenaje a la producción de lo más básico y lo más rico del consumo diario: el pan. Ya que engorda y no alimenta, como suelen decir siempre las madres, por lo menos que sea realmente sabroso, casero y fresco.

Le Blé queda en Alvarez Thomas 899 y en Dorrego 999.

Abre de martes a domingo de 8 a 20. Tel.: 4554-5350.

Clásico de clásicos

Un negocio familiar que se llama Nucha

Un clásico de clásicos para la hora del té es Nucha. Hace ya varios años viene deleitando con sus manjares dulces de todos los tamaños. Regina Vaena, “Nucha” para los íntimos, empezó con la venta de tortas en su garaje de la calle Zabala y 3 de Febrero. Veinte años después alcanzó seis casas de té, 200 empleados y 40 mil clientes por mes. Un ejemplo familiar que terminó en caso de éxito, resultado del esfuerzo de madre, hijo y un montón de seguidores fieles que pueden acompañarlos en distintos puntos de la ciudad. Sus años de trayectoria llevaron a que al momento de hacer la selección de lugares para el Té de Alicia, la productora encargada de este evento reconozca como cita ineludible a los locales de Nucha. Y la propuesta que armaron para la ocasión es un abundante combo para dos personas que incluye scons con dulces caseros, tostadas, sandwich de miga tostado de jamón y queso, dos cupcakes Alicia, financiers, macarons a elección, cookies Alicia, dos infusiones de café y té a elección y juguitos de naranja. Una bomba de sabores y una puesta de repostería a prueba de balas. Y no falta la decoración con corazones, las cremas rosas, las teteras individuales y mucho dulce de leche. Quienes dejen volar su imaginación, tal vez puedan encontrarse con los amigos de Alicia de la infancia: el Lirón, la Oruga o Twidli Dim. Es cuestión de ir y probar.

Nucha queda en O’Higgins 1400, Paraná 1343, Salguero 2587, Cerviño 4417,

Patio Bullrich y Armenia 1540.