SALí › RE PANCHO
Heladería Blancanieves: El no va más del pancho, el súmmum de la salchicha al pan.
› Por Daniela Pasik
El pancho, según los seguidores de la religión panchística mundial, es más un asalto de ocasión que un plan muy premeditado y parte de su gracia es encontrarlo al paso, para comerlo caminando, como yéndose. Además, tiene que ser un bocadillo tan fácil de encontrar como barato. Bueno, ninguna de esas premisas se cumple en este lugar de zona norte que, sin embargo, moviliza multitudes. Además, paradoja: el mejor pancho lo hacen en una heladería y es un lugar en el que nadienadie quiere tomar helado.
Más absurdo aún. Este clásico de Martínez, que lleva 47 años de historia, está casi oculto en una callecita a la vuelta de la estación de tren, como perdida. Nadie encuentra el lugar de casualidad, es imposible. De todos modos, siempre está lleno.Personas que suben al tren para llegar. Gente que maneja su auto hasta allá. Las sillas de madera en la puerta debajo del techo blanco son el point favorito, que suele estar siempre ocupado, pero para consuelo del resto hay mesas adentro y nuncanunca quedan vacías.
Probablemente sea uno de los panchos más caros del país ($6), aunque –muchos expertos en panchología lo aseguran– es el mejor. ¿Por qué? La respuesta no es complicada. Pan artesanal con la textura justa, ni blando ni duro, apenas un poco más chico que el intenso contenido: una salchicha gruesa tipo alemana, ahumada, con piel natural, que casi sin querer toma forma de letra C y sobresale, humeante.
Claro que hay mayonesa, ketchup y mostaza por si el deglutidor de pancho quiere condimentar de un modo clásico, pero también ofrecen una interesante variedad de salsas realizadas in situ que abarcan un abanico que va desde la simplicidad sofisticada del queso azul hasta el de la mostaza con pepinos, ají morrón y ciboulette. Guiño para fundamentalistas: la salsa de mostaza y miel es marca SOZ.
Pocho, de 81 años, es el dueño y sigue atendiendo al público con la misma cortesía y reverencia con la que trataba a Luis Sandrini, Angel Magaña y Pedro López Lagar, por nombrar sólo tres de sus primeros famosos clientes fieles.
Heladería Blancanieves queda en Paunero 2024, Martínez, y está abierta todos los días de 12 a 24.
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