Dom 06.10.2013
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A comer huevo

› Por Sebastián Laffaye

Con vista a los docks

El huevo es, tal vez, el prototipo de alimento perfecto. Se conserva muy bien, carece de carbohidratos y es pura nutrición: rico en lípidos, contiene una proporción considerable de excelente proteína y buenas cantidades de vitaminas. Y —dato no menor— es delicioso y versátil, por lo que forma parte de la mejor gastronomía mundial desde tiempos inmemoriales. Con el objetivo de promover tantas virtudes, desde 1996 la Comisión Internacional del Huevo organiza una celebración anual en su honor, con festivales, concursos de cocina, jornadas infantiles y encuentros gastronómicos. Entre estos últimos se encuentra la “Séptima semana gourmet del huevo”, un festejo nacional que, entre el 7 y el 11 de octubre, ofrecerá platos especiales y menúes promocionales en 30 restaurantes de toda la Argentina.

Ubicado a la vera de los docks de Puerto Madero, Il Fiume es uno de los restaurantes que se suma a esta celebración con una serie de platos ideados por el chef Angelo Visentín. El salón, despojado pero cálido, está dominado por una imponente cava para vinos de puertas vidriadas transparentes. Una mesa comunitaria, larga y elevada, para comer con banquetas, es ideal para almuerzos rápidos entre semana, mientras que en las noches de primavera lo mejor es ubicarse en las mesas de afuera, desde donde observar la variopinta fauna que circula por el barrio.

Puerto Madero es zona de oficinas, por lo que Il Fiume destaca con un menú ejecutivo ($ 84) que, durante esta semana, permite optar como entrada entre unas croquetas de arroz en perfecta fritura y los huevos a la Fiorentina, un plato tradicional prácticamente desaparecido de las cartas porteñas. Hay otros platos especialmente creados para la ocasión, como la frittata de gamberini, los huevos pomodoro basílica, el risotto Principe di Napoli o los tagliatelli a la carbonara.

A la carta, sea mediodía o noche, Il Fiume abre el abanico de opciones con antipasti como las reconocidas berenjenas a la parmesana y la burrata con espárragos y langostinos, una combinación inusual pero muy rica. También hay una intensa polenta siciliana con ragú de salchichas, hongos y mozzarella, y platos de cocina como el papardelle con liebre ($ 110), la saltimbocca alla romana ($ 145) o la pesca con rúcula a la parmesana (según el pescado, de $ 100 a $ 140).

En el barrio más nuevo de la ciudad, Il Fiume honra al huevo sumando su claro acento italiano.

Il Fiume Ristorantino queda en Olga Cossettini 1651. Teléfono: 5787-3097. Horario de atención: lunes a domingos, de 8 al cierre.


De pastas y pescados

El origen físico de Sorrento se remonta a fines del siglo XIX, cuando Doña Magdalena Ortiz de Basualdo, hija de criollos con ascendencia portuguesa y española, e inquieta mujer de la generación del ’80, construyó más de media docena de locales sobre la entonces Corrientes angosta, entre las actuales Maipú y Florida, en pleno Microcentro porteño. Hoy uno de estos inmuebles es ocupado por Sorrento City, un restaurante especializado en pastas y pescados, que cuenta además con sucursales en Puerto Madero y en la Recova de Posadas.

La cocina de Sorrento, de corte netamente mediterráneo, se destaca por la calidad del producto y las preparaciones cuidadas. Las pastas ($ 80 a $ 130, según la salsa) salen siempre al dente y son uno de los puntos fuertes de su carta. El otro son los pescados, invariablemente frescos, ya que no trabajan con filets ni congelados. Cada día reciben lo que el mar propone y el hombre dispone: desde chernia hasta abadejo, y desde merluza negra hasta besugo, entre varias otras especies marítimas (precios de $ 130 a $ 260) salen de la cocina en porciones abundantes y preparaciones simples, que evitan ocultar el sabor de la carne. Para acompañarlos, la carta de vinos sugiere muchas de las bodegas clásicas y algunas perlitas, en un amplio abanico con buenas opciones para todos los bolsillos.

En ocasión de la Semana gourmet del huevo, el chef Marcelo Alincastro presenta en sus tres locales algunos platos especiales: entradas como omelette de gambas, tortilla española al punto elegido y rabas a la romana. Entre los principales, clásicos spaghetti al huevo servidos con salsa de crema, ensalada ibérica con huevo y la sabrosísima merluza negra en salsa verde, una de las estrellas del mar patagónico. Ya de postre, la recorrida temática debería incluir dulces como el tiramisú, el popular panqueque de dulce de leche y el bienvenido sambayón. El menú completo cuesta $ 190 en efectivo y $ 210 con tarjeta.

Del lado estético, Sorrento apuesta a un estilo sobrio, con las mesas convenientemente separadas y un servicio siempre atento y profesional, convirtiéndose así en un buen destino para almuerzos y cenas laborales. Pero la buena comida y los ricos sabores convocan también a familias completas que aprovechan las mesas redondas para realizar allí sus grandes comilonas de lujo.

Sorrento City queda en Posadas 1053. Teléfono: 4326-0532. Horario de atención: todos los días, de 12 al cierre.


El gran bodegón

La característica principal del bodegón es la de ser un lugar inclusivo. Tanto por su ambiente como por su comida, un buen bodegón debe aceptar a todo el mundo, dar la bienvenida, ofrecer un espacio donde relajarse y llenar la panza. Así es El Viejo Cañón, el emblemático restaurante ubicado en el partido de Avellaneda, a diez minutos del Obelisco.

El Viejo Cañón ofrece un menú que es ciento por ciento tradición porteña, mezcla de cocinas inmigrantes españolas e italianas con agregados eclécticos. El menú es amplio y generoso. De la parrilla salen cortes de cerdo (matambre a $ 95), ternera (asado entero $ 105), pollo, pescados y brochettes. Para mesas grandes, vale la pena la selección de cortes especiales: un mix de 1,2 kilogramo de cerdo, ternera, pollo y cordero, con guarniciones como papa al plomo, cebolla y pimientos grillados, puré de calabaza, ajo confitado y más, todo por $ 400. Pero tal vez lo mejor sea mirar los carteles donde se apuntan los platos del día: si hay chivito a la parrilla (eligen animales de no más de cinco kilos, y los asan más de cuatro horas hasta lograr una carne tierna y un cuero crocante), será sin dudas una opción imbatible.

También en El Viejo Cañón festejan al huevo, y en este caso, en lugar de preparar platos especiales, recurren a los clásicos de la carta. Tortilla de papa, pastas amasadas in situ, como los canelones de pollo y verdura ($ 75) con la salsa “aquel estofado de pollo” ($ 40), la omelette ($ 46) o una milanesa de ternera servida a caballo en una postal clásica de la mesa hogareña. De postre, la gran mayoría lleva huevo, sea el intenso flan con dulce de leche y crema, los panqueques de manzana quemados al rhum, la marquise de chocolate o los helados.

Claro que hay mucho más para pedir: rabas a la romana ($ 85), gambas al ajillo ($ 110), lomo a la pimienta con papas a la crema ($ 145) y otros hits de la cocina tradicional.

Frecuentado por personajes de la farándula y el deporte argentino, El Viejo Cañón cuenta a sus espaldas con una larga historia. Pero es desde hace poco más de diez años, con nuevos dueños a cargo, que encontró su mejor rumbo. Hoy sus mesas suelen verse llenas de habitués que repiten no sólo el mismo lugar, sino que exigen además la misma mesa a sus mozos preferidos que, a su vez, ya saben qué quieren comer y qué quieren beber. Porque de eso se trata un buen bodegón. De un lugar a donde ir y volver a ir.

El Viejo Cañón queda en Hipólito Yrigoyen (ex Pavón) 996, Avellaneda. Teléfono: 4228-8009. Horario de atención: todos los días, de 12 a 2.


Fotos: Pablo Mehanna

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