SALí
› Por Cecilia Boullosa
La confitería del Sindicato de Pasteleros en la calle Sarmiento casi Yatay es uno de los secretos mejor guardados de Buenos Aires. ¿En qué otro lugar se puede comprar una torta de excelente chocolate belga (Valrohna o Belcolade), bizcochuelo de almendras y cremoso de limón por $135 pesos, o $29 en su versión individual? ¿Y un stollen navideño repleto de frutas secas por $95? La relación precio-calidad de esta confitería que abrió sus puertas al público general el 1 de mayo de este año (antes sólo atendía a afiliados del sindicato) es inmejorable. Y no sólo en las tortas, sino en cada uno de los productos que venden, desde los sandwichs hasta las masas secas, las tartas o los macarones.
Si uno pasa caminando por Sarmiento y no conoce de su existencia, difícilmente detecte el local. No hay cartel en la puerta y desde la calle no se ve el interior, diseñado con líneas simples y modernas. Catorce mesas ocupan el salón. No hay menú. Uno va al mostrador, se tienta y pide en la caja. Todos los empleados son egresados de la escuela del sindicato, que agrupa a pasteleros, pizzeros, heladeros, alfajoreros y confiteros.
Al frente del local se encuentra Diego Agrest, con paso televisivo por Todo dulce en Utilísima y 12 años de experiencia como profesor: coloquialmente define como zarpadas todas las preparaciones. “El estándar es muy alto porque somos la cara del sindicato”, dice.
Por estos días se consigue pan dulce en tres tamaños (un 250 gramos cuesta $35; medio kilo, $70 y el kilo, $130), cuya receta Agrest no quiere revelar, salvo por un detalle: no se utilizan saborizantes, aditivos artificiales ni realzadores de sabor. El pan dulce viene cargado de frutas abrillantadas; al que no sea amante de este ítem, mejor optar por el stollen. Además hay turrones, garrapiñadas, budín tirolés –con chocolate y almendras– y unas rosquitas con masa quebrada de canela adictivas. Y, como siempre, las tortas, el sello de la confitería: torta forastera, bombón, cheesecake y postre tiramisú. Un secreto que pronto no lo será más.
La confitería del Sindicato de Pasteleros queda en Sarmiento 4488. Horario de atención: lunes a viernes, de 8 a 19.30.
Buena cocina, ambiente increíble y un precio terrenal. Pocos sitios proponen para la cena de Nochebuena un combo tan conveniente como Nuestro Secreto, el nuevo restaurante del Four Seasons Buenos Aires, especializado en una “cocina argentina a las brasas”. Nuestro Secreto se inauguró en octubre y de inmediato se convirtió en un éxito, compitiendo con el resto de los restaurantes de Buenos Aires y no únicamente con los del segmento hoteletero. “Queremos tener lugares llenos de vida, que la gente venga seguido. No lugares que se reserven únicamente para ocasiones especiales”, especifica Dan Mizrahi, gerente de Alimentos y Bebidas. Por ahora la estrategia –que incluye precios similares a los de un buen restaurante palermitano– marcha sobre ruedas: los miércoles el bar Pony Line explota de gente y hay que hacer reservas con dos a siete días de anticipación para cenar en Nuestro Secreto. Ubicado junto a la suntuosa mansión que perteneció a los Alzaga Unzué y a pocos metros de la pileta del hotel, este flamante restaurante está construido por completo en vidrio y, en las noches despejadas, las estrellas cubren toda la cúpula. El salón tiene capacidad para unas 40 personas, las mesas son grandes y las sillas de hierro muy confortables, estilo jardín. Para sorpresa de algunos, seguramente, la parrilla está al mando de una mujer: Patricia Ramos, con 12 años de experiencia en el hotel. Todo se hace a las brasas de madera: de quebracho, pero también de zarzamora, vid y manzana: cada una aporta a la carne un sabor especial. El menú de la noche del 24 tiene un costo de $750 por persona. La cena arrancará con porchetta rellena, queso de cabra a la chapa y cóctel de centolla. Seguirá con chorizo, mollejas y ensaladas como antesala a las carnes; luego, ojo de bife, lomo, magret de pato, cordero y asado de tira, con guarnición de vegetales al rescoldo y puré de batatas y miel de caña. Entre los cuatro postres del menú, destaca el tocino de cielo con cítricos y manzanas flambeadas. Habrá música en vivo y brindis con champagne. A celebrar.
Nuestro Secreto queda en Cerrito 1455. Teléfono: 4321-1552. Horario de atención: miércoles a sábados, mediodía y noche. Domingos, mediodía.
El impacto es inmediato. Apenas uno entra a A Manger se topa con una mesada con más de 40 bowls de vidrio, uno junto al otro, que contienen un gran muestrario de encurtidos y demás ingredientes para armar una picada antológica: corazones de alcaucil, olivas al estilo marroquí, queso feta con hierbas, bocconcinos de mozzarella, ciervo o trucha ahumados, olivas verdes rellenas con ajos al escabeche, lachas marinadas al estilo de los arenques, pinchos de boquerones, tomates secos y olivas, gírgolas grilladas, entre otros. Es una especie de pantone del sabor, donde sobrevuela siempre un suave aroma a vinagre.
A Manger, en la esquina de Charcas y Malabia, se autodefine como un lugar diferente. “No inventamos las picadas, las revolucionamos”, resume uno de los encargados de esta firma que funciona desde hace 22 años y que hace seis sumó algunas mesas para comer in situ, como bar de tapas.
Además de la posibilidad de armar la picada personalizada, el lugar ofrece más de 20 tablas cuyos precios arrancan en los $370 la más sencilla para cinco personas y culminan en $810 la más gourmet para diez personas de generoso comer. Además, por estas fechas presentan un menú para llevar con los platos arquetípicos de la mesa de fin de año. Entre las carnes, pollo arrollado (20 piezas, $300) y carré de cerdo relleno con ciruelas presidente, panceta ahumada y nuez con salsa agridulce ($355). Entre las entradas, el viejo pero nuevamente de moda vittel toné ($280 el kilo), la lengua a la vinagreta ($199 el kilo) y el pionono de atún. Además, ensalada Waldorf, rusa y de la Casa, con palmitos, manzana, ananá, apio, almendras y crema. Por fuera de lo tradicional, hay ensalada taboule, hummus y puré de berenjenas. En A Manger preparan también ricos chutneys de tomates rojos y de cebollas glaseadas y manzanas (ambas a $195 el kilo), ideales para realzar una preparación propia.
Algo es seguro: será difícil decidir entre tantas opciones. Pero sea cual fuere la elección, la calidad y el sabor están garantizados.
A Manger queda en Charcas 4001. Teléfono: 4833-3095. Horario de atención: todos los días de 10 a 23. El 24 y el 31 de diciembre hasta las 19.
Fotos: Pablo Mehanna
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