En la Feria Electrónica de Consumo (CES) –una de las más importantes en su tipo, recientemente realizada en Las Vegas, Estados Unidos–, “lo viejo –muy, muy viejo– es actual nuevamente. Y nada es más viejo y más nuevo que la cámara Super 8”. Así es como explica el sitio tecnológico Wired el regreso que anunció nada menos que Kodak: el “regreso” de la tecnología que revolucionó la filmación desde que apareció originalmente en 1965. Su pico de popularidad, sin embargo, fue durante los 70, cuando inspiró el hacer de realizadores varios. Acaso apelando a la nostalgia vintage, la compañía avisó queeste año llegará una versión actualizada de la Super 8: más curvilínea, sí, y con un mango en dos tonos que bien podría pasar por (ídem) parte de una pistola. Con la asistencia del diseñador suizo Yves Béhar, el renovado adminículo –que viene en dos colores, blanco o negro, y es mitad analógica, mitad digital– no solo trae retoquecitos estéticos: también tendrá puerto USB, baterías intercambiables, tarjeta SD, visor LCD, lentes intercambiables y opción de grabar en cinco velocidades (9, 12, 18, 24 y 25 imágenes por segundo). A elección del usuario, de más está aclarar. Usuario que deberá desembolsar entre 450 y 700 dólares para hacerse de la monona tecnología Kodak, retro y más liviana que la original; además de los 50 o 75 billetes que costará el revelado de los cartuchos de tres minutos. Aunque, advierte la empresa, habrá opciones más económicas durante el 2017. Todo sea por resucitar a la cámara de mil amores, irremediablemente hundida en los 80 por las facilidades que ofrecía su némesis, el VHS (Kodak dejó de producir la tecnología desde 1982). “Es un ecosistema perfecto para filmar”, destacó Jeff Clarke, director ejecutivo de la empresa, no sin agregar: “Aprovechando el 50 aniversario de la Super 8, la firma está aportando nuevas oportunidades para disfrutar y apreciar este producto audiovisual como medio”. Un producto histórico, sin lugar a dudas ¿Cómodo o accesible? No tanto. Pero… ¡qué preciosidad!