Definido como el “movimiento filosófico que trata de fundar el conocimiento de toda realidad sobre la experiencia inmediata de la existencia propia” (Real Academia Española dixit), el existencialismo ha tenido referentes altos (Jean-Paul Sartre, Albert Camus y Simone de Beauvoir, entre ellos). Pues, afortunadamente, ahora también tiene una cuenta en Instagram. Pergeñada por la joven artista y poeta estadounidense April Eileen Henry, “fumadora empedernida e incorregible amante de F. Scott Fitzgerald”, la propuesta es sencilla: unir imágenes de famosos de antaño o cuadros perennes, y atribuirles mensajes de diálogo en tono obviamente existencialista. Con intención, dicho sea de paso, de equilibrar el tablero virtual: finalmente, a decir de la creadora, “abundan en la web alienantes mensajes positivos” y “poco se discute sobre la pena y la tristeza”. Tópicos que, evidentemente, llenan el vacío de April Eileen ¿O será que lo generan? En fin…

Así, distanciándose de frases triviales y pueriles, los –actualizados- guiños de Henry en la cuenta Texts From Your Existentialist ofrecen mashups que emparejan joyitas pictóricas, fílmicas o del mundillo cómic con burbujas de texto elocuentemente melancólicas. Donde, por caso, un beso de una historieta de John Romita Jr. va acompañado por la oración “Vayamos en una cita doble con las ilusiones que cada uno tiene del otro”. O El Grito de Edvard Munch declara “Cuando la gente hace planes conmigo, se siente como un ataque personal”. O la mozuela Brigitte Bardot de El desprecio (1963, Jean-Luc Godard) solícitamente solicita: “Negá mi existencia como uno de tus filósofos franceses”. O Audrey Hepburn, colgada al teléfono, pide auxilio al son de “Hola, ¿911? Estoy siendo retenida cual rehén por el conocimiento humano”. O una dama de Picasso advierte a su enamorado: “Pienso que deberíamos percibir otras realidades”. O, entre una multitud dibujada por Lautrec, alguien menciona “Un grupo de personas es lo que llamo el infierno”. O Anna Karina dice a Belmondo: “Mostrame en tu certificado de nacimiento cuántos años llevás muriendo por dentro”. En resumen, ocurrencias que supuestamente buscan liquidar la trivialidad online. O, al menos, dar espacio a otra, graciosamente tristona.