“Somos un grupo de amigos de Londres, Inglaterra, amantes de los gatos. No estamos aquí para ganar dinero o venderles algo. Estamos aquí para ayudar a que la gente piense de modo diferente”. La petite carta de presentación es obra y gracia de la autobautizada brigada Citizens Advertising Takeover Service (C.A.T.S), vecinos británicos que se han reunido con un fin específico: intervenir los carteles publicitarios que inundan los subtes de la ciudad y reemplazarlos por afiches con gatos. ¿Por qué? Pues, ellos mismos esgrimen las razones: la primera, “porque luciría increíble”; luego, porque, a su consideración, resulta agotador toparse con mensajes que llaman solo a consumir. “¿No sería genial no tener que preocuparte por las vacaciones que no podés pagar, el auto que no necesitás, el cuerpo que no tenés? Imaginate un mundo donde los espacios públicos te hacen sentir bárbaro”, resume la muchachada respecto a un proyecto evidentemente anti-sistema.

Proyecto que, para poder concretarse, necesita de… libras esterlinas. No solo para abastecerse de los materiales pertinentes y fabricar los mentados afiches gatunos, sino para abonar a la alcaldía el dinero que les permita convertir a una estación de metro “en un rugiente festival de mininos”. “Por 20 mil libras, tendremos acceso a todas las paredes de una parada pequeña; más dinero, más concurridas y grandes estaciones”, detalla la iniciativa que ya ha recaudado poco más de 10 mil billetes vía Kickstarter, plataforma crowdfunding a través de la cual reciben donaciones a cambio de “premios” (por 15 libras, un sticker; por 30, una remera; por 100, tu gato es modelo de campaña). Por lo demás, aunque el colectivo admite que se trata de “una idea tonta”, no deja de soñar con ampliar su zona de llegada a otros metros de otras ciudades y quizás “lograr que la gente se lo piense dos veces antes de comprar algo que no lo haga feliz”. Quién sabe: acaso considere adoptar un gatito… Alérgicos, abstenerse; o, en la medida de lo posible, hacerse tratar.