VALE DECIR
Era inevitable, iba a suceder; de hecho, ¿cómo puede ser que no haya ocurrido antes? Igual, más allá de la lógica, cualquier terrícola que pase los 30 pirulos sentirá la pérdida. Los más nostálgicos la expresarán con declamaciones del tipo “¡Es el fin de una era!”. Un fin más, bastante anunciado, al que precedieron tantos otros como la extinción del pobre diskette 5 ¼. Los más circunspectos, con un simple y abatido “Que en paz descanse”. Todos dolientes por la definitiva estirada de pata de la videocasetera o VCR que, tras 45 años de vida, se retira finalmente del mercado. Por culpa de una empresa japonesa, Funai Electric, única –según reportan medios a lo largo y ancho– que continuó fabricando ininterrumpidamente, desde 1983, esta forma de tecnología, y que ha decidido dejar de hacerlo en los venideros días. Las razones, cantadas: a la caída en ventas por la demanda en picada se suma la dificultad de conseguir las partes requeridas para construir la reliquia analógica. Con el fácil acceso a DVD y/o programación online, lo verdaderamente misterioso es que hayan despachado 750 mil ejemplares el año pasado, número que, a entender de la firma, era menor, palideciendo en comparación a los 15 millones de VCR que dispensaron en épocas doradas.
“La tecnología mató a la estrella del video”, pasa aviso The Guardian, aprovechando la despedida para explicar a los jovencitos de qué trata el adminículo cuasi extinto, imaginando una conversación irrisoria: ¿Para qué sirve? “Funciona para grabar y reproducir series y películas en el hogar”. ¿Cómo un DVD player? “Exacto, salvo que el video se graba en una cinta magnética, lo que significa que el sonido y la imagen son terribles, y con el tiempo empeoran. Además, hay que pasar décadas rebobinando o avanzando para encontrar una escena”. ¿O sea que se trata de una máquina vetusta, poco práctica? “¡Ustedes, jóvenes, no saben de qué hablan! ¡La videocasetera era maravillosa! Es tristísimo que se deje de fabricar”. ¿Triste porqué…? “¡Porque con ella comenzó todo, man! Cuando se volvió accesible en los 80, nació un nuevo mundo de entretenimiento y exploración casera. Además de una institución: el videoclub”. ¿Había que ir a un local a alquilar películas? “Sí, y lo más seguro era que alguien acabase de llevarse la que uno buscaba. O que la devolvieras con atraso y terminaras pagando de más.” Días felices… “Por supuesto. Además, la VCR inauguró la edad de oro para los films de horror extremo y la pornografía.” Mmm… genial. En fin, ningún párvulo podría comprender la magia. Para los demás, las más sentidas condolencias.
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