¡Son todas putas!
Con un nombre tan extraño y simpático como el de Dorin Florea, el alcalde de Targu Mures, Rumania, ha hecho una extraña oferta a parte de la población que los más atentos sabrán interpretar: pagarles a prostitutas y mendigos para que se vayan de la ciudad. El bienintencionado Florea dijo, además, que ya es asunto oficial y que pensaba utilizar recursos públicos para llevar adelante su plan. Unas cincuenta familias (“de las que se sabe que se encuentran involucradas en la prostitución”) serán identificadas para proceder a aplicar su nueva política si ésta recibe el apoyo de los concejales. “Estoy listo para darles unos quinientos dólares a cada familia, pero sólo si acceden a firmar un documento en el que prometan abandonar esta ciudad para siempre”, dijo Dorin, para luego agregar que “hay gente que no tiene ningún respeto hacia las reglas para la vida en sociedad, así que bien se pueden ir al campo donde hay miles de acres de tierra esperando que alguien se haga cargo de ellos”. Hasta ahora Florea sólo ha sido acusado de ser un sujeto más bien inescrupuloso (el conde Crápula de Rumania), pero hay quienes apoyan su plan de acción. Con lo que el tipo probablemente no cuente es que quinientos dólares no parece ser suficiente dinero como para que ninguna familia rehaga su vida en otro lado, pero sí lo suficiente como para que muchos se ofrezcan voluntariamente como ex prostitutas y ex mendigos de la ciudad aunque nunca en su vida hayan sido ni una cosa ni la otra.

La candidata explícita
No hay ninguna novedad en el anuncio; sí hay, por el contrario, varios antecedentes, la mayoría de ellos europeos y uno californiano bastante reciente –aunque la madrina de todos ellos sigue siendo la Cicciolina–. Sin embargo, un detalle de la campaña preelectoral ya tiene vibrando a muchos votantes europeos. Dolly Buster, actriz porno checa de 34 años de edad cuyo verdadero nombre es Katerina Bochnickova, ha sido elegida como candidata del partido Iniciativa Independiente de su país para un puesto en el Parlamento de la Unión Europea. El partido, que se registró originalmente en 1990 con el más sugestivo y considerablemente menos sutil nombre de Iniciativa Erótica Independiente, emitió por estos días un comunicado en el que se expresaba que “Katerina Bochnickova regresa a su hogar tras pasar algunos años en Alemania, y planea usar todas sus experiencias para ayudar a la República Checa a unirse a las naciones de UE tan pronto y dignamente como sea posible”. Los checos elegirán 24 diputados para el Parlamento Europeo en junio, y fue durante los preparativos para esta fecha que la chica, que se hizo millonaria con su performance en cientos de films triple X así como escritora de novelas policiales, hizo la promesa que tiene a medio mundo babeando: que su campaña electoral se basará “en el contacto con la gente”. Miles de miles de electores de activa imaginación ya están haciendo cola para inscribirse en el partido.

Donde revientan las estrellas
La fiebre de los reality shows sigue encendida en Europa, y en este momento uno de sus avatares más exitosos es una cosa llamada Soy una celebridad ¡sáquenme de aquí! El programa ya ha dado lugar a algún que otro escandalete, el último de los cuales, en la versión alemana, tiene que ver con los hiperpromocionados riesgos a los que deben enfrentarse los participantes. Al parecer, tal cosa (riesgo) sencillamente no existe en el programa. Mientras se había anunciado que las celebridades convocadas vivirían en “la jungla australiana, una de las más peligrosas del mundo”, se supo no sólo que el campamento cuenta con un psiquiatra 24 horas para darles una mano a las estrellas que puedan sentirse desequilibradas ante tamaña experiencia (la vida al aire libre) sino que además, dichas instalaciones se encuentran prácticamente al borde de una ruta muy transitada y cubiertas por un enorme techo alquitranado que las protege de la lluvia. Además, el área ha sido limpiada por el personal para asegurarse de que no quedaran alimañas demasiado peligrosas, tales como arañas y serpientes. Los fanáticos del programa, puestos al tanto de la enorme estafa de la que habían sido objeto hasta que un periódico alemán reveló todo, saturaron el canal televisivo con sus protestas. Antonia Langsdorf, una de las candidatas del campo, admitió haber escuchado “a los automóviles que pasaban cerca: la civilización estaba a tan solo unos minutos de distancia”. Todo muy revelador, pero se nota que los fans del reality germano con famosos nunca vieron Reality-reality, el malogrado tiempo-real con estrellas argentinas (de la talla de Juan José Camero y Edda Bustamante) acomodadas en la seguridad de una quinta y donde el único que corría un verdadero riesgo de muerte era, como siempre, el espectador.

Sobre el mal gusto
Por ahora se trata de un movimiento aislado, pero hay esperanzas de que el mensaje trascienda fronteras. El líder malayo del Partido de la Juventud Pan-islámica, un tal Ahmid Sabki, pidió que le prohibieran a Mariah Carey cantar en su país debido a que, según expresó sin vueltas, la chica es “muy vulgar”. “Todos saben –argumenta Sabki– que Mariah Carey se presenta a sí misma de una manera sexy, inaceptable y prácticamente vulgar. No es un modelo apropiado para las jóvenes malayas”. Carey debía presentarse hace unas semanas en Kuala Lumpur, tras recibir un permiso oficial. “Permitir este tipo de recitales promueve valores que son totalmente contrarios a nuestro estilo de vida y nuestra cultura”, insistió Sabki, a la vez que señaló que el concierto en cuestión estaba programado para el comienzo del Año Nuevo musulmán. Las agencias de noticias, haciéndose eco del reclamo, señalaron esta semana que, aunque los productos culturales de Occidente siguen ganando terreno en Malasia, han tenido hasta ahora bastante oposición, llegando a prohibirse muchos films hollywoodenses, tales como Austin Powers. Fundamentalistas o no, una cosa es segura: Sabki no hizo otra cosa que decir sobre Carey lo que muchos piensan, pero callan.