VALE DECIR
En 2001 la ciudad de Boise, en Idaho, Estados Unidos, prohibió la desnudez total en público. Previsores, los ediles locales se acordaron de que este tipo de ley siempre naufraga en la primera enmienda –libertad de expresión– y dejaron una clara excepción: “Excepto cuando tenga un mérito artístico serio”. Con este rodeo, se ahorraron problemas con teatros, cines, galerías, academias de arte y museos, y pensaron que habían liquidado la floreciente industria del strip tease local.
Pero los pacatos legisladores no contaban con la astucia de Chris Teague, dueño del cabaret Erotic City. Al comienzo, Teague obedeció la ley y les compró a sus chicas las tangas más ínfimas jamás creadas. Pero pese a las coreografías extravagantes y los tragos más baratos, Erotic City estaba perdiendo clientes. Fue entonces que Teague se acordó de un lancero original que le había caído una noche con su caja se pasteles, pidiendo entrar gratis para dibujar a las chicas. En abril, Erotic City se convirtió en el primer bulín del mundo que tiene dos “noches artísticas”, lunes y martes, cuando los clientes reciben con su entrada de 15 dólares un trago gratis, un block y un lápiz negro para dibujar a las chicas que, por amor al arte y dentro de la ley, se desnudan por completo.
“Muchos de nuestros clientes hicieron dibujos muy buenos”, explica Teague, que está decorando el local con los mejores. Las noches artísticas tienen lleno total con 60 clientes sentados y sin citaciones municipales.
Jean-Luc Godard, director de Sin aliento y Pierrot el loco, se descargó la semana pasada contra Quentin Tarantino (supuestamente uno de sus mayores admiradores) por haber utilizado el título de uno de sus films de los años ‘60 a modo de homenaje, haciendo gala de la cita cinéfila pero sin dignarse a retribuirlo económicamente. No está muy claro si fue una broma, una queja al paso o realmente esperaba el pago de algún tipo de canon, ya que el realizador de la Nouvelle Vague se ha vuelto más y más críptico con los años, incluso para sus seguidores. El título “usurpado” por Tarantino es Bande à Parte, que pertenece al film godardiano de 1964, todo un icono de su época protagonizado por Anna Karina y Danièle Girard. El realizador de Kill Bill lo convirtió en el nombre de su compañía productora desde su segunda película profesional, Pulp Fiction, en 1992: A Band Apart. Unos días atrás, Godard, que acusa 74 años y un aspecto saludable, se mostró menos que entusiasmado por lo que otros directores hubieran considerado un gesto halagador: “Tarantino bautizó a su productora con el título de una de mis películas. Hubiera sido mucho mejor que me diera algo de dinero en su lugar”.
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