La idea no es nueva para quienes hayan visto a la calenturienta replicante interpretada por Daryl Hannah en Blade Runner hace ya 25 años. Ni, para el caso, para quien haya visto Metrópolis con su escultural pero algo fría robot María hace 80. Sin embargo, recién ahora parece a punto de volverse una realidad: según el experto en inteligencia artificial David Levy, estaremos manteniendo relaciones sexuales con autómatas más o menos para 2050. Pero no porque nos haremos más afectos al metal o al plástico, ni para evitarnos salir de casa (todavía más), sino porque los robots serán casi indistinguibles de las personas de carne y hueso. O —perspectiva temible que en ciertos ámbitos ya parece haberse materializado— porque las personas de carne y hueso serán casi indistinguibles de los robots. Como sea, en su libro titulado con tanta sutileza y misterio Sexo con robots: La evolución de las relaciones humano-robóticas, el tal Levy escribe: “Una canilla libre de sexo para todos, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. ¿A quién no le gusta la idea?”. De acuerdo con este chiflado, la gente con más posibilidades de verse beneficiada por los sexbots son “los más feos o aquellos que se aíslan demasiado como para encontrar por las suyas suficientes oportunidades románticas. Los solitarios, los miserables”, amplió, sin mayores consideraciones. “Creo que la sociedad será mucho mejor cuando hayamos encontrado una alternativa que los satisfaga sin hacerles daño a otros. Si ya existieran los robots del tipo de los que describo en mi libro, yo los usaría sin problemas. Por curiosidad, no es que lo necesite. Estoy felizmente casado.” No es por nada, Levy, pero queremos ver tu foto.