VALE DECIR
Vale Decir
El ataque de lo reprimido
Es lo que todo el mundo pensó pero nadie se atrevió a decir: el título de la segunda parte de El Señor de los Anillos, Las Dos Torres, no podía ser más inoportuno. Y todo indica que quienes hacen la revista de Telecentro saben, además, algo que sus abonados ignoran –o ignoraban hasta ahora–: que las torres de Tolkien no sólo son dos sino que, además, son gemelas.
Del Sing Sing al Llao Llao
El joven emprendedor alemán Winfried Puchinger, tuvo una idea: si ya existen tantas guías para el tiempo libre, ¿por qué no crear su exacto opuesto: la guía para el tiempo preso? Y entonces, puso manos a la obra en un sitio web de su invención que funciona como una catálogo de hoteles y restaurantes pero que no rankea ni hoteles ni restaurantes sino prisiones. Esto es, mediante un sistema de calificación de cinco estrellas, basado en las opiniones recogidas de visitantes, personal y, por supuesto, las más calificadas: las de sus habitantes de tiempo completo. De las 220 cárceles ya incluidas en el site de Puchinger, una de las más populares resultó ser la de Hamburgo. Uno de sus “internos” escribió: “Muy buena comida, muy lindas celdas, buenos oficiales, un ritmo diario decente. Vuelvo acá todo el tiempo”. Un miembro del personal dijo, por su parte, que “lo único que falta es un servicio de habitación 24 horas. A veces pienso que debería cambiar de lado”. Sin embargo, no todas son rosas para el servicio penitenciario germano: la prisión de Erfurt fue calificada por un preso como “el peor nido de ratas que vi en mi vida. Duchas dos veces por semana, sin vestuario privado”. De la penitenciaría de Hanover se escribió que “aún como visitante te hace sentir como un criminal: lo único que faltan son las esposas”. Lo de Puchinger es puro altruismo y vocación de servicio: “Hay una gran ignorancia pública sobre el asunto –dice–, y quería ofrecer información al respecto; pero, por encima de todo, este sitio está diseñado para ser de utilidad a los presos”. Lo que no se sabe es qué hacer el cliente en caso de no estar conforme con el servicio.
El ritual de la banana
Volvió a suceder, como unos años atrás, cuando una maestra inglesa montara una representación de sexo oral para todos sus alumnos valiéndose de una barra de chocolate. Esta vez se trata del profesor Colin Nicholas, despedido por la Junta Escolar de Florida por dar una clase sobre profilaxis en la que utilizó una banana a efectos demostrativos. Sólo que no fue esa la explicación que dio la junta sobre el despido, sino que se escudó en el derecho a echar a cualquier docente que se encuentre, como Nicholas, en el período de prueba laboral de 97 días. Al parecer, más de un alumno buchón habría hecho saber a sus padres que Nicholas ambientó su clase especial con una iluminación sugerente y música navideña (¿?), para generar situaciones que los educandos pudieran llegar a tener que enfrentar en la vida real. Autodeclarado un firme creyente en la enseñanza del sexo seguro, Nicholas, ya tenía “antecedentes” en otra escuela, en la que había montado la representación de una charla con un terapeuta sexual ente alumnos. Dan White, el director de la escuela en la que Nicholas ya no trabaja, se encargó de dejar bien claro que “es ese tipo de demostraciones las que no queremos en nuestras escuelas”. Pero así es como después, las chicas adolescentes de Florida quedan floridas.
La Universidad de la lleca
Llega por correo electrónico, en inglés, y con una actitud tan prometedora y solícita que huele a virus. Pero no: se trata, más bien, de la versión académica del Charles Atlas, sólo que para quienes quieran dejar de ser alfeñiques intelectuales. “DIPLOMAS UNIVERSITARIOS”, se anuncia de entrada, y prosigue: “Obtenga un próspero futuro, poder para ganar dinero y la admiración de todos: diplomas de prestigiosas universidades no-acreditadas, basados en su actual conocimiento y experiencia de vida. No se requieren exámenes, clases, libros ni entrevistas. Diplomas de licenciaturas, maestrías y doctorados, disponibles en el campo de su elección. No se rechaza a nadie. ¡¡¡Llame ya para recibir su diploma en unos días!!! 24 horas al día, 7 días a la semana, incluyendo domingos y feriados”. El saber, que nunca ocupó lugar, ahora tampoco ocupa tiempo. Y dígame licenciado, nomás.