Todo momento de espera sirve para vender algo; así reza el credo de las infames bestias del marketing. Hay pequeños plasmas en ascensores, gimnasios, taxis, andenes, y hasta mingitorios. Ya sea con pequeños anuncios que son dianas para embocarle con el chorro, que cumplen el doble propósito de entretener y lograr que nadie mee fuera del tarro, o con avisos justo encima del mingitorio, en ese bienvenido espacio donde reposar la mirada.

Los japoneses, como siempre, van más allá. SEGA, la legendaria compañía de jueguitos electrónicos, tiene un nuevo producto que se llama Toylet. Un sensor de presión en la pared del mingitorio puede medir la localización y la fuerza del chorro de pis; una pequeña pantalla de LCD justo encima del mingitorio completa el jueguito, donde el joystick hay que llevarlo de casa.

¿A qué se puede jugar? En el website toylets.sega.jp están las cuatro propuestas iniciales de la escatológica novedad: hay un jueguito para medir la cantidad de pis; otro en donde moviendo el chorro de aquí para allá se limpia un graffiti de una pared; otro convierte el pis en una brisa que le levanta la pollera a una señorita, un incentivo para ponerle fuerza al asunto. Finalmente, coronando el delirio, hay una especie de lucha de Sumo donde la potencia del chorro de pis compite contra los anteriores usuarios del mingitorio. Y encima se puede conectar un pendrive USB para llevarse el record a casa. ¿Qué más inventarán? Sería demasiado fácil decir que si éstos son los juegos del mingitorio, ¿qué se puede esperar de los que hagan para el inodoro?