El norteamericano David Allen Canterbury cree que la fuerza lo acompaña; el problema es que ha sucumbido a su lado oscuro y, con 33 años, usa su sable de luz para atacar inocentes. De verdad. En un arranque iracundo, el hombre de Portland, Oregon, decidió ingresar a una sucursal de la juguetería Toys R Us y, armado con la tradicional arma de fantasía de La Guerra de las Galaxias, no sólo intentó robar mercadería sino que también amenazó a varios clientes.

Entonces llegó la policía, pero el Jedi no se calmó: bloqueó sus intentos de atraparlo, al mejor estilo Anakin Skywalker. Tras un ligero forcejeo, Canterbury fue reducido por un oficial armado de algo ajeno a la imaginación de George Lucas: una pistola de electroshock. “En la lucha, Canterbury utilizó un sable de luz color azul; no llevaba, sin embargo, el traje de Jedi”, describió Peter Sampson, uno de los agentes presente al momento del arresto.

Alejado ya de las espadas de juguete, debe enfrentar ahora 45 días de arresto, libertad condicional a posteriori y una seguidilla de evaluaciones mentales durante un período de dos años. El mismo, a través de su abogado, ha alegado problemas psicológicos a la hora de declararse culpable de los cargos de agresión y resistencia a la autoridad. Aunque, conservando algo de la dignidad de la Fuerza, niega haber robado juguetes. Al fin y al cabo, ¿qué pensaría Yoda de un ladrón de muñecas?