Si nuevos tiempos exigen nuevas formas discursivas, a la hora de las excusas educativas, la premisa pareciera potenciarse. Y como las muertes de familiares y los clichés del tipo “El perro se comió la tarea” resultan poco imaginativos, muchos estudiantes británicos han llegado a clase con relatos inspirados (aunque bastante poco creíbles). Así lo relata el profesor John Curry, académico especializado en informática en el City of Bath College, entrevistado por la revista semanal Times Higher Education Supplement, con base en Londres.

Con 14 años dedicados a la educación, Curry recuenta lo que muchos medios han definido como “las peores excusas de los alumnos”. ¿Un ejemplo? El caso del estudiante que, para abogar por una prórroga, le aseguró que había sido erróneamente arrestado por el servicio de inteligencia inglés tras ser confundido con un espía chino; afortunadamente lo liberaron a tiempo para llegar a clase. Y no es el único inconveniente internacional que recuerda. A un desafortunado alumno le concedió una extensión debido a que el gobierno de la India estaba tratando de apoderarse de su casa, después de que lo declarara legalmente muerto.

“Estuve de duelo por la muerte de mi personaje de World of Warcraft y no pude hacer la tarea”, le ofreció un evidente jugador de rol con las prioridades alteradas. Inexplicablemente, Curry aceptó darle unas horas extra. Así como también se las ofreció al estudiante que se justificó diciendo que no había podido hacer el trabajo porque un fantasma lo atosigaba. “Lo vi tan aterrorizado que le creí”, contó a THES el docente.

Así, aunque las historias de seres de otro mundo, espionaje internacional o muertes erróneas han logrado convencerlo, otras le resultan inaceptables. ¿Cuáles? Irónicamente, que el disco rígido de la PC haya tenido problemas o el USB se haya perdido. “Las universidades siempre recomiendan hacer backup y ofrecen servicios para recuperar archivos perdidos”, justificó el amante de las pequeñas ficciones.