“El circo del absurdo” es como han dado en titular ciertos medios la noticia que tiene a la irónica Alanis Morissette al filo de la ley. La batalla legal y las declaraciones cruzadas encontraron su momento álgido cuando la artista denunció a María García, ex empleada, por 25 mil dólares, acusándola de llevarse ilícitamente tras ser despedida a su chihuahua/pug, llamado Circus. Con la ayuda del paseador, dicho sea de paso. La doméstica, por su parte, se muestra patidifusa: asegura haberse apropiado del pichicho por pedido explícito de la cantora. Acorde con sus dichos, la icónica noventera declamó ser alérgica al can y protestó porque orinaba sobre las alfombras. Acto seguido, vino la mudanza de Circus.

Cuestión que Alanis negó los dichos de María y no dio el brazo a torcer, contratando a detectives privados para vigilarla. Lo cual, lógicamente, llevó a que la doñita MG tuviese una crisis de nervios y grabase un video en YouTube mostrando que el perro estaba saludable, rogando que la dejaran tranquila. Entonces, el giro (más) raro: el clip provocó la irritación/preocupación de la música y su marido MC Souleye desencadenó la presentación de más documentos en la Justicia, en tanto la dupla está convencida de que García puso en peligro al can al mostrarlo públicamente. ¿Por qué? Pues, porque lo volvía target de... secuestradores profesionales de perros. Circo del absurdo, ni más ni menos.