› Por Sandra martínez
“En Villa Ortúzar/ no he sabido ningún amor/ pero detrás de una trucada he puesto horas muertas y la canto por eso./ Por eso y porque una luna fue grande.” Así escribía Borges sobre un barrio que no le era desconocido. La casa de su amiga Norah Lange, ubicada en Tronador y Pampa, era uno de sus puntos de encuentro con otros dandis de la vanguardia artística porteña, entre ellos Xul Solar, Oliverio Girondo y Leopoldo Marechal, que también evocaría la zona en su Adán Buenosayres: “el viejo barrio de malevos que ladran de melancolía frente a los incendiados crepúsculos”.
La casona de Lange ya no existe pero el barrio conserva parte de su identidad porteña, que bien aprovecha Suculentas, un pequeño y encantador restaurante en la esquina de Heredia y Caldas, donde se cruzan la cocina casera y los ingredientes orgánicos. La carta, sorprendentemente completa para este estilo de deli, despliega una larga lista de sándwiches (desde $65), ensaladas (desde $46) y hamburguesas de carne y vegetarianas (desde $60), que son el fuerte de la hora del almuerzo, junto con los platos del día –tartas, omelettes, alguna carne, pastas caseras-, todo con una muy buena relación precio-calidad gracias al combo que incluye bebida, postre o café por $96.
Pero entre lo mucho y rico que hay, vale la pena detenerse en el breve apartado dedicado a la pastelería. La torta de chocolate sin harina, acompañada con crema y frutos rojos, es una delicia ($48). Lo mismo puede decirse de la tarta de cítricos de estación, que por estos días se sirve con relleno de lima y maracuyá ($40). Las demás opciones incluyen una perfecta pavlova con frutas frescas ($35) o el bollito de canela ($22). El café recién molido es una buena compañía, aunque con la primavera invitando a bebidas más frescas, es muy recomendable probar la limonada de frutilla ($35) o el lassi de frutos rojos ($38).
Suculentas es una linda ochava donde comprobar si los atardeceres de Villa Ortúzar siguen siendo incendiarios o se pierden en la melancolía.
Suculentas queda en Heredia 499. Teléfono: 4554-7500. Horario: lunes a viernes de 9 a 19, sábados de 10 a 17.
Eternamente asociada a la decoración de tortas, Marta Ballina no solo fue la conductora más famosa de Utilísima y editora de varios libros, fascículos y revistas, sino que incluso al día de hoy, el fondant es para muchos simplemente “pasta Ballina”. Allá por los 80, Mariano Camba tenía poco más de diez años y un ritual que lo diferenciaba de sus compañeritos: mientras todos merendaban mirando las aventuras de He-Man y los Thundercats, él seguía los paso a paso de Marta en la pantalla chica. La fascinación perduró. Ya adolescente se animó a decorar la torta de aniversario de sus padres y, aunque cosechó muchos elogios, hoy no puede evitar la risa cuando mira las fotos de su creación. Siguieron años de aprendizaje, cursos y dedicación autodidacta, hasta que armó su servicio de catering.
Bar de Postres nació como un emprendimiento on line. Las buenas recomendaciones que circulaban boca en boca le permitieron crecer, pero no fue hasta cumplir los 40 que Mariano se animó a dejar su trabajo full time como gerente de operaciones en una empresa de servicios para dar el siguiente paso, con un local a la calle que este 21 de septiembre cumple su primer año.
La pastelería del lugar es sencilla y muy bien preparada, con una firme base en recetas familiares ligeramente aggiornadas, como su Pasta Frola ($45), que se diferencia por un dulce de membrillo con toque de Malbec o el shot de budín de pan ($25), nueva presentación para esta delicia tradicional. Entre las especialidades está la torta Moka ($70), un húmedo bizcochuelo de chocolate semiamargo embebido en café espresso, relleno con mousse de dulce de leche y bañado en ganache de chocolate; la de mousse de chocolate blanco ($70), que se sirve con salsa de frutos rojos o de maracuyá o el apple crumble. Todo se puede acompañar con un buen café de Costa Rica (desde $25), un té en hebras de Teeson ($40) o un licuado de frutas de estación ($42).
Mariano se ocupa personalmente de la cocina. Una forma de asegurarse que el espíritu de su proyecto, y su pasión original por la pastelería, se mantiene intacto.
Bar de Postres queda en Bonpland 1988. Teléfono: 4773-0064. Horario: lunes a viernes de 8 a 20, sábados de 9 a 20, domingos de 10 a 19.
Los fines de semana, el pequeño salón de Cake & Coffee se llena. Y si el día lo permite, también se ocupan todas las mesitas de la vereda. Ubicada a una cuadra de la plaza Echeverría, esta coqueta cafetería está lo suficientemente cerca como para atraer numerosas visitas, y lo suficientemente lejos como para escapar de la agitación del centro comercial que se extiende sobre Triunvirato. Entre los presentes se mezclan clientes ocasionales y fieles habitués, pero pocos saben que esas tortas que alegran su merienda son casi producto de una casualidad.
María José es psicóloga y, por circunstancias de la vida, hace tres años se encontró en la necesidad de crear un emprendimiento. El sueño del barcito propio resultaba tentador, pero había un problema: no sabía cocinar. Lejos de cambiar de rubro, eligió poner su voluntad en aprender algo nuevo y, usando como conejillos de india a familiares y amigos, en poco tiempo se convirtió en la autora de algunas de las tortas más elogiadas de Villa Urquiza.
El ambiente es alegre y luminoso, con varias filas de flores coloridas asomando en su vidriera y un gran pizarrón donde se leen los diez mandamientos de la casa, entre los que se ordena por ejemplo “honrarás a la cocinera” y “no contarás calorías en vano”. La carta, de diseño canchero, explica en detalle cada torta y la Abril, de mousse de chocolate blanco con galletitas Oreo y ganache de chocolate semiamargo es de las más elegidas por el público. No se quedan atrás la Luli, con base de brownie, dulce de leche y mousse de chocolate o la clásica chocotorta (todas las porciones cuestan $52). Sólo algunas de las opciones claramente dominadas por el chocolate. Entre las novedades están los crazyshakes ($65), unos batidos sólo aptos para golosos.
Cake & Coffee es un buen ejemplo de la aventura que pudo haber salido mal pero que se convierte en un éxito; una demostración de la validez del “persevera y triunfarás”.
Cake & Coffee queda en Pedro Ignacio Rivera 4992. Teléfono: 4552-2674. Horario: martes a jueves de 16 a 20, viernes y sábados de 11 a 20, domingos de 16 a 20.
Fotos: Pablo Mehanna
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