Dom 07.11.2004
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Películas

Relaciones peligrosas
Se estrena Extraño, opera prima atmosférica
y elusiva protagonizada por Julio Chávez y Valeria Bertuccelli.

“Una película de palabras cautas y silencio frágil.” Así definió el cordobés Santiago Loza su debut como director y guionista. Extraño es, además, el primer protagónico de Julio Chávez en cine desde Un oso rojo. Aquí Chávez es Axel, un médico retirado, algo parco, que se instala en casa de su hermana. La relación es equívoca y está signada por la incomodidad: un “detalle” como un tacto mamario queda suspendido entre la rutina profesional y el roce incestuoso. Igualmente extraños son la relación de Axel con su sobrino, fundada en un pacto tácito de confianza, y el lazo incierto que lo une a Erica (la siempre encantadora Valeria Bertuccelli), una chica embarazada algo obsesionada con la muerte.
Filmada en video digital de alta definición, exhibida en varios festivales (Cannes, San Sebastián, Londres) y premiada o destacada en otros (La Habana, Rotterdam), Extraño se estrena en Argentina tras muchas demoras. El de Loza es un film apenas narrativo que, por momentos, en sus diálogos y su puesta, exhibe las marcas de la formación teatral de su autor y refleja bien su ambición central: “capturar”, según dijo, “un estado del alma”, una atmósfera, sin buscar explicaciones, abocándose a trasmitir la sensación de que algo se termina y ya es demasiado tarde para reaccionar.

Extraño se estrena el jueves 11 de noviembre.

Amor descartable
La opera prima de Juan Taratuto explora la comedia romántica y sorprende

¿Cogemos?”, pregunta Javier así, como al pasar. “Estoy muerta”, le contesta María. “Es nuestra noche de bodas. ¿Todo bien?”, chequea él. Él es el infalible Diego Peretti; ella, Soledad Villamil, y el matrimonio que los une nació de la necesidad de mudarse a Estados Unidos en pos de alguna “seguridad”. Ella parte primero a estudiar el terreno, mientras él espera su green card. Pero muy poco después, algo ocurre y todo se derrumba. No sos vos, soy yo es el título de la película y –palabras más, palabras menos– la explicación que da ella del desastre. En pleno duelo, él busca apoyo en una pareja de amigos, se asila en casa de sus padres y en la terapia (con Marcos Mundstock), compra un perro (todo un imán para las chicas) y conoce a Julia, la despistada empleada del veterinario (una muy divertida Cecilia Dopazo, también coguionista de la película).
Un poco a la manera de esas comedias románticas norteamericanas modernas pero de espíritu clásico, con algunos diálogos muy graciosos y un timing raro para el cine argentino, la opera prima de Juan Taratuto elude la sobredramatización y la caricatura y aparece como uno de los films nacionales más simpáticos del año. Estrenada la semana pasada con muy buena recepción de parte del público, la película explota con sensatez y sentimiento una banda sonora con temas de Calamaro y Jorge Drexler y el apropiadísimo y adictivo “Amor descartable” de Virus.

Volver al futuro
THX1138 muestra qué negro veía el horizonte George Lucas en 1970, seis años antes de La guerra de las galaxias

THX 1138 nace en plena época de los easy riders, raging bulls, como bautizó el crítico Peter Biskind al zeitgeist que imperaba en Hollywood a fines de los ‘60 y principios de los ‘70, cuando nombres como los de Coppola, Scorsese, Spielberg y De Palma encabezaron una renovación generacional que haría historia. Realizada por George Lucas seis años antes de La guerra de las galaxias, la película –que ampliaba un cortometraje estudiantil– parece tener el aliento mixto de un ensayo experimental y una declaración fuertemente política. Lucas postula una distopía netamente orwelliana, con una suerte de Gran Hermano que rige químicamente (un poco a la manera del Nuevo mundo feliz de Aldous Huxley) las voluntades de sus súbditos, controlando sus emociones y pulsiones sexuales e induciéndolos a la “felicidad del consumo”. Y como en Orwell (o, más tarde, en el film Brazil), hay un elemento del sistema (Robert Duvall) que intenta infringir las reglas y la reja.
En el dvd que acaba de rescatar el film, Lucas recuerda que “así es como veía el futuro en 1970: como una metáfora sobre la manera en que vivíamos entonces, con la gente atrapada en sus propias jaulas, en un mundo donde las emociones no afloran con sencillez y son ilegales. El mundo ha tomado un giro extraño desde entonces, pero diría que es aún es válido para el lugar en el que vivimos, tan encapullados y controlados”.
Ésta es la primera vez que THX1138 se exhibe en pantalla grande en Argentina.

Viernes 12 y sábado 13 a las 24 en el Malba, Figueroa Alcorta 3415.

Al maestro con cariño
Joyas de la animación en un ciclo de homenaje a Víctor Iturralde, un todo terreno de la cinefilia nacional

Quienes lo conocieron lo recuerdan como un tipo afable, de gran sentido del humor. Un auténtico cruzado del cineclubismo que andaba con un proyector a cuestas y que formó a muchos de los que hoy mantienen la llama de esa pasión. Víctor Iturralde o VAIR (Víctor Aytor Iturralde Rúa) nació en 1927 y murió hace muy poco. Como escribe Fernando Peña, programador del ciclo que el Malba le dedica este fin de semana, fue “realizador, animador, documentalista, docente, escritor, crítico, erudito, investigador, historiador, anarquista, bohemio”. Hizo mucho por la cinefilia en un ámbito que se caracterizaba por descuidarla e inspiró a muchos dedicándose a la “difusión sistemática de material no convencional: films de animación independiente, cine mudo primitivo y obras abstractas de todo tipo”. En el cuarto y último programa de la serie que lo homenajea, se incluirán dos de sus cortos, entre ellos el mítico Petrolita de 1958 (pieza clave en la dispersa historia del dibujo animado nacional, ahora restaurada a su formato original de 35mm). Además se proyectarán dos trabajos vanguardistas del animador rosarino Luis Bras y otras obras que VAIR juzgaba imprescindibles: entre ellas, El discurso de apertura y Boggie Doodle, del canadiense Norman McLaren (cuyos experimentos en animación fueron afines a los de Bras); el Estudio Nº 7 (1931), de Oskar Fischinger, y un Betty Boop de Dave Fleischer. El programa se titula -elocuentemente– El ojo oye, el oído ve y es decididamente imperdible, en especial para aquellos que estén interesados en la animación.

Hoy a las 14 y 22 hs. en el Malba, Figueroa Alcorta 3415.

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