PROYECTOS > UNA GALERíA EN UN POSTE DE LA AV. CORRIENTES
Ante la eterna demora en la remodelación de la galería en el Centro Cultural Rojas, su curadora, Eva Grinstein, decidió emular la idea de unos artistas callejeros de Río y montó la galería en el poste de luz en la puerta sobre la Av. Corrientes. Con cinco obras en menos de un año, y el entusiasmo de los artistas por exponer en ese palo que acerca sus obras a los peatones, la Galería del Poste es uno de los espacios más originales y refrescantes del arte argentino.
› Por Santiago Rial Ungaro
¿Será el cubo blanco en el que generalmente se instalan las exposiciones el ataúd de eso que conocemos como “el arte”? Por lo pronto, para la joven curadora Eva Grinstein y la artista Lucrecia Urbano, la larga remodelación que se está llevando a cabo en la galería de el Centro Cultural Rojas fue la oportunidad de llevar a cabo una nueva e inusual galería: la Galería del Poste. En su corta vida, este desprendimiento ya llevó a cabo 5 intervenciones que fueron “montadas” en un soporte mínimo e inusual: el poste de luz de la vereda del C. C. Rojas. Ahí, en plena calle Corrientes, expuesto a las miradas (y a los pies) de cualquiera que pase por ahí y rompiendo con el autismo de un circuito artístico que muchas (demasiadas) veces se limita únicamente a los marchands, los críticos y los artistas, los postes fueron cobrando vida. La propuesta de Lucrecia Urbano (responsable de convocar a los artistas) coincidía con la intención de Grinstein. Cuando asumió como coordinadora de artes visuales manifestó por mail su intención de, dadas las circunstancias, exceder los convencionalismos: “Me interesan otros espacios y los pienso como posibles contenedores de proyectos efímeros o permanentes, individuales o colectivos, locales o globales, disparatados o ultra racionales”, manifestó. Lo del poste es lo que se dice una buena idea que puede llegar a mirar otros espacios como potencialmente intervenibles. “En realidad (aclara Lucrecia Urbano), la idea la tomé de unos artistas callejeros de Río de Janeiro que empezaron a usar un poste de alumbrado público como soporte para realizar intervenciones artísticas efímeras.”
Al parecer, la iniciativa se fue extendiendo hacia otras ciudades y llegó a convertirse en una de las experiencias de arte público más interesantes de América latina. A escala local, con sólo 5 intervenciones, la Galería del Poste seguramente figura en el balance entre los proyectos más interesantes del año. Grinstein: “Creo que lo interesante es que la Galería del Poste es experimental y a la vez está en un lugar por el que pasa todo el mundo. El poste se puede ver desde el 60”.
Una de las preocupaciones de las curadoras era justamente lo impredecible de la propuesta: de hecho, por la noche, el poste-galería se queda solito. La ciudad está llena de espacios en los que se hace evidente que hay quienes perciben al vandalismo como forma de arte (pensar en el Instituto de Vandalismo Comparado de Asger Jorn). Sin embargo, la respuesta del público fue ejemplar: la gente se portó muy bien. “El riesgo al no estar destinado a un público especializado era que la gente sintiera que eso era una burla, que era una cámara oculta de Marcelo Tinelli o algo así. Lo bueno fue que ningún artista fue condescendiente con el público: cada uno confió en su lenguaje, hubo una actitud intelectual. Incluso no hubo ningún artista que decorara el poste, que era la opción más simple.”
Otra de las cuestiones era el desafío que implica para un artista usar como soporte un poste de luz. Urbano: “Nadie tiene guardado en su atelier obras para postes. Pero una muestra así le da a un artista cierta visibilidad. Ha habido artistas de carrera impresionante que nos han propuesto hacer algo en el poste. Para un artista, el desafío también es salir del circuito comercial convencional: acá los artistas le “ofrecen” la obra al público. No se puede vender la obra, ni siquiera conservarla, ya que está sujeta a las inclemencias del tiempo”. Otras preocupaciones eran de tipo burocráticas. Grinstein: “Al principio pensamos que, con el síndrome post-Cromañón, íbamos a tener muchas trabas, pero la verdad es que no hubo problema. Siempre se dice que no hay leyes para el espacio público, pero la verdad es que está todo reglamentado: lo único que hay que hacer es pedir la autorización a la persona correspondiente. Lo interesante de esta experiencia es que, a diferencia de lo que pasó en Brasil, acá tenemos un aval institucional. De alguna manera eso potenció el proyecto, ya que los artistas contaron con un presupuesto para trabajar. Está bueno que se haya legitimizado un proyecto altamente experimental. Eso no les quitó libertad a los artistas y a la vez cualquiera puede tomar los postes para hacer lo que quiera. Yo veo que en estos momentos el arte contemporáneo pasa por salir de ese cubo blanco: hay que buscar nuevos espacios, nuevas formas”.
Al ser el primero de los postes, éste sirvió para marcar el perímetro de la Galería del Poste: un pequeño rectángulo que rodea el poste que periódicamente hay que volver a pintar por la cantidad de gente que pasa por la “Galería”. La intervención de Mauro Giaconi (1977) se basó en una de sus estrategias creativas preferidas: intervenir sutilmente en la funcionalidad de los objetos cotidianos sugiriendo así realidades diferentes. Aunque quizá lo mejor de todo fue el comentario de un transeúnte que les preguntó: “¿Pudieron enderezar la bicicleta esa?”.
Mariela Yeregui (1966) fue la única que eligió “vestir” el poste: “Cuando era chica, mi abuela me hacía tejer bolsas con un producto del reciclado de los sachets de leche, para guardar las verduras compradas en la feria. Construir a partir del desecho moderno, refuncionalizar el desecho a partir de la artesanía hogareña. Un gesto creador que se vale de lo desechable en las sociedades modernas para crear nuevos universos y recorridos textuales. El tema del tejido y de las palabras es un topos recurrente dentro de los relatos que aluden al génesis del mundo. El mundo se origina a través de la palabra, en las cosmologías tradicionales, se teje, se entrelaza, crea urdimbres de sentido”, escribió la artista.
Con cientos de billetes de euros falsos colgando, en esta intervención el poste se convirtió en una especie de altar callejero espontáneo. Interrogándose sobre la posibilidad de lograr la salvación a través de un deseo escrito sobre un euro, Uschi se basó en la vieja costumbre de escribir en los billetes para generar cadenas de deseos. “Cuando vi por primera vez un billete escrito con la cadena de San Cayetano, me llamó mucho la atención esa capacidad de poner un deseo en circulación continua. En esta intervención de la Galería del Poste, todos los billetes van a ser falsos. Lo único auténtico va a ser el deseo, escrito a mano por varios participantes”, escribió para la intervención Uschi Gröppel y fue tal cual: incluso hubo gente que en vez de llevarse los billetes dejaba billetes en el poste...
Cuando Lorraine Green llegó de Bariloche (donde vive documentando la flora de la estepa patagónica), usó el poste de la galería para ver dónde estaba parada ella misma. Con una vieja brújula le dio al poste un uso tan simple como efectivo: marcó la dirección de los puntos cardinales. Les sirvió a muchos, entre otros a ella misma, para saber cómo escapar de la ciudad y volver de nuevo al sur. En palabras de Lorraine: “Cuando uno llega a la ciudad viniendo de otro lado, donde el horizonte natural es visible y donde se vive pendiente de los horarios del sol y las estaciones, busca instintivamente aquellos indicios que lo ubiquen en el territorio. Ubicar los puntos cardinales en esta ciudad es refrescar la visión del lugar donde estamos parados”. De todas formas, no faltaron los sabelotodos que, sin brújula en mano, protestaron porque el norte quedaba en el sur. Algunos pensaron que el norte estaba torcido a propósito por alguna razón “política”, pero no: un colectivero del 60 se subió al cordón y casi choca contra la galería del poste...
Martín Bonadeo (1975) es doctor en comunicación social y tiene una tesis sobre el sentido del olfato (se puede leer en www.martinbonadeo.com.ar). Su intervención fue poner centenares de choclos (en su mayoría híbridos) con algunas pocas variedades autóctonas ricas en forma y en color. ¿La idea? Averiguar qué criterios estéticos utiliza una paloma que anida en la cornisa de un edificio neoclásico a la hora de alimentarse. En la parte más alta del poste todavía quedan choclos, así que quedan avisados...
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux