Dom 16.04.2006
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HISTORIETA > EL úLTIMO PERRAMUS

Caras extrañas

A quince años de su realización, finalmente se edita en castellano Diente por diente, la última aventura de Perramus, el personaje inventado por Juan Sasturain y Alberto Breccia. Lejos del tono trágico de sus primeras aventuras, este cuarto opus es una aventura llena de enredos y humor equívoco, una gran farsa heroica. Con la excusa de recuperar cada uno de los dientes de la sonrisa de Gardel, Perramus y sus compinches recorren el mundo de punta a punta, cruzándose con una auténtica galería de personajes que ahora Sasturain recorre uno por uno.

› Por Martín Pérez

Jorge Luis Borges

Historieta llena de ideas borgeanas, desde el primer Perramus que Breccia dibuja a Jorge Luis Borges. “Y, con el correr de las diferentes historias, Alberto fue dibujándolo cada vez más suelto”, calcula Sasturain, mirando los dibujos de Diente por diente, en la que el propio Borges convoca a Perramus y sus compinches para que recorran el mundo en busca de una esperanza encarnada en la sonrisa de Gardel. “¿Por qué poner a Borges en Perramus? Porque, para mí, Borges es para el campo popular lo que Evita es para la izquierda. Es decir: ¿por qué regalárselo a la derecha?”, explica Sasturain, que se ríe recordando la respuesta que, en el primer tomo de la historieta, le hizo decir a su Borges ante la pregunta ¿Por qué es de izquierda? “Le hice responder lo mismo que él respondía cuando le preguntaban por qué era del Partido Conservador: Será por la simpatía por las causas perdidas...”

Gabriel García Márquez

Así como Jorge Luis Borges es casi un anfitrión permanente en Perramus, el gran invitado literario de Diente por diente es el escritor colombiano, que financia la expedición de Perramus por todo el mundo. El corazón de la aventura está escrito en clave en un ejemplar de Cien años de soledad que el propio Gabo le regala a Borges. Un Nobel aliado con otro Nobel, ya que en el universo de Sasturain y Breccia, su Borges de izquierda ha recibido el Nobel que la realidad le negó. “Además de la idea de reunir a Borges y García Márquez, lo que me gustó de meter a Gabo en la historia fue que financiase la aventura, con la idea de quedarse con los derechos para escribir sobre ella”, cuenta Sasturain. Un dato curioso: en el dibujo de Breccia,

Gabriel García Márquez es un tipo alto, casi un galán aventurero.

Fidel Castro

“Perramus empezó como una tragedia, su segunda aventura es una batalla marechaliana, la tercera es una fábula latinoamericana sobre el poder, pero esta cuarta es una aventura mítica en clave de joda”, explica Sasturain. Así es como aparece Fidel Castro, entonces. Un personaje que Breccia parece disfrutar dibujando, haciendo que su barba llene los cuadritos. “Más que Fidel, lo que me interesaba era el Che”, confiesa Sasturain, que juega con la similitud de las iniciales CG (Carlos Gardel) y EG (Ernesto Guevara). En sus aventuras por el mundo, Fidel es la gran excusa para enviar al clan Perramus a Cuba, en busca de un diente de Gardel, que el Che habría llevado consigo durante toda la Revolución Cubana.

Frank Sinatra

En uno de los mejores momentos de esa obra maestra de la historieta argentina que es Alack Sinner, Muñoz y Sampayo le atribuyen a su héroe –que está revisando su vida, en la melancólica Encuentros y reencuentros– una equívoca amistad con Frank Sinatra, que lo termina invitando a su cumpleaños. A la hora de hacer viajar a Perramus por el mundo, ahora es Breccia quien parece disfrutar dibujando a Sinatra, pero en tono de un grotesco feroz, que tiene resto incluso para homenajear un cuento de Roberto Fontanarrosa. “Una de las cosas que más me divirtieron al hacer el guión fue el recorrido de cada diente de Gardel”, cuenta Sasturain. “Y lo que más me fascinó de Sinatra era que el recorrido del diente que él guarda es real y posible: arranca por Leguisamo y sigue por Palito Ortega.”

Las rubias de Nueva York

“No es necesario aclarar que nada en Perramus es o aspira a la verdad. En esta historia se les atribuye a personajes de papel y tinta conductas no necesariamente atribuibles a sus homónimos de carne y hueso”, escribe Sasturain en el prólogo del volumen editado por De la Flor. Y agrega: “Pero si algunos prestan la cara y los gestos, otros, generosamente, y sin saberlo, han puesto ideas. Así, el disparador original de Diente por diente me lo dio un dato deslizado al pasar por Osvaldo Soriano: había un tipo que, en París, vendía dientes de Gardel”. Una idea que hubiese divertido a Soriano, ciertamente, es una que disfruta Sasturain: la de que las Rubias de Nueva York estén aún allí, pero encerradas en un geriátrico. Casi a la manera de Las Trillizas de Belleville, las mujeres también tienen una clave para llegar a otro diente que permita recuperar la mítica sonrisa del Mudo.

Gardel y Le Pera

Allá lejos y hace tiempo, el Loco Chávez comenzó sus aventuras en la contratapa del diario Clarín, recorriendo el globo, teniendo historias ridículas por el mundo. Pero se hizo un lugar en la historia de la historieta argentina cuando volvió a casa, y comenzó a tener sus aventuras acá a la vuelta. Casi como un Loco Chávez en reversa, la tragedia de Perramus logra revivir para su despedida yendo a recorrer el mundo, en una farsa mítica y gardeliana. “Me rompí el culo con cada diente”, dice Sasturain, subrayando el hecho de que trabajó arduamente en cada una de las historias. Por ejemplo, para llevar a Perramus a París, para hablar de la derecha francesa y Le Pen, la clave fue una nieta de Le Pera, o Le Perá, tal como acentúa su afrancesado apellido. Los intríngulis de la historia hacen que esta descendiente de Le Pera hable en árabe, pero igual se terminará entendiendo muy bien con uno de los compinches de Perramus. Y la foto de Gardel y Le Pera terminará explicándolo todo.

Osvaldo Pugliese

Esta cuarta y última parte de Perramus fue escrita y dibujada a lo largo de 1988 y 1989. Por entonces, la editorial barcelonesa Co & Co propuso editarla en su lujosa colección de libros de historieta, pero cerró antes. Se llegó a editar en Francia, pero en 1993 murió Alberto Breccia y el libro quedó ahí, olvidado. Hasta hoy. Uno de los disfrutes de este Diente por diente, ciertamente la historia más larga de Perramus, es cómo el dibujo de Breccia se pone a tono con la liviandad de la historia, y recuerda por momentos aquellos viejos trazos de su jocoso e iniciático Vito Nervio. “Nos dimos todos los gustos al hacer esta historia”, confiesa Sasturain. Tal vez por eso es que Perramus terminará cantando tangos en Japón con –nada menos que– Osvaldo Pugliese al piano, la única excusa posible para terminar de dar vuelta al mundo buscando los dientes de Gardel. “Porque ésa era la idea, pasearlos por todo el mundo”, explica Sasturain, con la sonrisa del sueño finalmente cumplido.

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