MúSICA > HISTORIA Y PRESENTE DE CHICO BUARQUE
Un mes con catarata de material nuevo firmado por Chico Buarque. Por un lado, un cd doble y un dvd, llamados ambos Carioca ao vivo, que documentan un deslumbrante concierto del año pasado en San Pablo. Y, por otro, tres dvd documentales que trazan una retrospectiva de toda su carrera y en los que Chico habla desde las ciudades de su vida: Río de Janeiro, París y Roma.
› Por Diego Fischerman
Unas letras. Algunos números romanos. Palabras: “BARROS E MAIS BARROS”, “Terra”, Mar-ina”. Una partitura, con cuatro compases en cada lado, haciendo de marco al dibujo. Un título que dice: “Melodias dos quatro graduados... do Brasil”. Una línea ascendente, con la leyenda “camino da vida”, que pasa por el borde de la silueta de unas montañas que bien podrían evocar a Río de Janeiro. Es un dibujo de viaje, de lejanías, de distancia. Está firmado en París, el 20 de agosto de 1949, por Heitor Villa-Lobos y es, también, el telón que se abre dejando al descubierto a otro brasileño en París. Chico Buarque, que eligió esa ciudad para vivir –y para poder extrañar a Río de Janeiro– empieza el deslumbrante show de octubre del año pasado en el Teatro Tom Brasil de San Pablo, detrás de ese telón que reproduce el dibujo de Villa-Lobos. Después, la silueta de esas montañas, iluminada, y una luna, serán la escenografía de una actuación brillante.
Un dvd y un cd doble, llamados igual, Carioca ao vivo, recogen esa actuación. El sello RP music, del legendario Alfredo Radoszinski –editor en Buenos Aires de Vinicius en los ‘60, de Gismonti en los ‘70, de Les Luthiers en sus comienzos y de Piazzolla cuando ningún otro quería grabarlo– acaba de publicar ambos, al mismo tiempo que el sello Biscoito Fino lo hizo en Brasil y con la misma –y bellísima– presentación. No es lo primero que hacen en ese sentido. La versión “en estudio” de Carioca y los últimos discos de Maria Bethania –su fantástico homenaje a Vinicius y los dos álbumes gemelos que rondan la idea del mar– también habían tenido una edición hermosa y respetuosa del original. En este caso, tanto el dvd como el cd doble recorren, con una banda excepcional arreglada por el guitarrista Luiz Claudio Ramos, el mismo repertorio. Las canciones del último disco y, también, muchas anteriores. No hay concesiones en ningún caso y la sucesión de piezas obedece a una lógica irreductible. La genial “Imagina”, compuesta junto a Tom Jobim y aquí cantada a dúo con la tecladista del grupo, Bia Paes Leme –una cantante notable–, lleva hacia “Porque era ela, porque era eu”, para ir de allí a “Sempre”, “Mil perdôes”, “A historia de Lily Braun”, “A bella e a fera”, “Ela é danzarina”, “As atrizes”, “Ela faz cinema”. Historias de mujeres. Historias que Chico Buarque cuenta como nadie: “...cuando ella miente, no sé si ella de veras siente, lo que miente para mí...”.
“Contra lo que se dice, ese lugar común sobre mis canciones, soy un desconocedor del alma femenina”, dice Chico en otra parte. En uno de los tres dvd editados por EMI que, con los títulos de Meu Caro Amigo, A flor da pele y Vai passar trazan una retrospectiva en que el rumbo, como en el dibujo de Villa-Lobos, está signado por la distancia. Cada una de las películas enlaza material documental excepcional –dúos con Vinicius, Milton Nascimento, Jobim, Caetano, Gal Costa, Djavan, apariciones en televisión a lo largo de cuatro décadas– con el relato del propio Chico. Y en cada una de las películas habla desde una ciudad distinta. Río de Janeiro es la primera, y allí se reflexiona sobre la amistad. París –y en particular el café que está frente al puente que une la ribera derecha con la isla St. Louis y la de la Cité– es el lugar desde donde se mira la temática femenina en las canciones de Chico. “La mujeres tienen razones de mujeres”, dice, por ejemplo, Chico Buarque, que no las entiende pero ama ese misterio y entiende que esa es la manera de relacionarse con ellas. En otra parte, en la misma película, un muy joven Caetano habla de las mujeres en las canciones de Chico y canta, con él, “Tatuagem”.
La tercera ciudad es Roma, donde estuvo exiliado y donde se habla de las canciones políticas. Donde se recuerda –y aparece en imágenes– aquel concierto en que Chico tarareó las canciones porque los militares habían prohibido sus letras. Y donde se recupera aquel aparentemente festivo “A pesar de vocé” dedicado al general Emilio Médici: “Hablaba más que de un general, de una generalidad, de un estado de las cosas”, relata. Tanto en la edición del cd y el dvd Carioca ao vivo como en el tríptico publicado por EMI, aparece un artista brillante. Están sus canciones, desde ya. Y está el trabajo de los equipos técnicos, en una y otra edición. Pero también está ese personaje que, siempre, mira sorprendido y sorprende con su mirada. En el comienzo, en Río, al costado de las playas, Chico dice: “Conservé una mirada extranjera sobre Río. Todavía tengo una relación de deslumbramiento con la ciudad. En Río está mi origen como compositor; es la fuente de mi música. La música brasileña que yo aprendí a disfrutar venía de Río: el samba, los carnavales, los programas de Radio Nacional”. Como el protagonista de su última novela, Budapest, cultiva la fascinación del que siente a cada ciudad como propia y se siente siempre en una ciudad ajena.
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