Dom 02.09.2012
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DVD > PILOTO DE COMBATE: UNA DE GUERRA RUSA

Luz, camarada, accion

Poco se sabe todavía del cine soviético sobre la Segunda Guerra, un escenario cuya fertilidad épica, aventurera e ideológica el cine anglosajón aprovechó como pocas cosas. La salida en DVD de Piloto de combate, una película de tres horas emitida en Rusia como una miniserie, es una gran noticia para asomarse a otra forma de mirar el frente oriental, con guerrillas, política, alemanes que hablan alemán y ambigüedades dentro de la propia tropa.

› Por Alfredo Garcia

Todo el mundo sabe que los rusos fueron los principales encargados de eliminar a los nazis, llegando antes a Berlín que los demás aliados occidentales. Pero el cine bélico pocas veces los mostró como héroes, dado que el género terminó siendo básicamente patrimonio de los ingleses y, sobre todo, de las superproducciones hollywoodenses.

Es que el cine de la Unión Soviética, o al menos el que llegaba a la Argentina, pocas veces tenía que ver con ese tipo de película de combate, y si trataba algún episodio de la guerra lo hacía mostrando más las agresiones y crímenes de guerra de los alemanes, antes que a los soldados de Stalin matando nazis.

Si esto cambió después de la glasnot es algo que no sabemos porque la distribución local de cine ruso es bastante escasa, pero Piloto de combate (Ballada o Bombere) del director Vitaliy Vorobyob, recientemente editada por el sello Emerald en DVD, permite acercarnos a un conflicto con el que estamos familiarizados, desde un nuevo punto de vista.

Nikita Efremov es el protagonista de esta historia de más de tres horas de duración que en Rusia también se dio en formato de miniserie, estructura que se percibe en la edición argentina del film. La historia es la de un piloto de bombardero que es derribado en suelo ruso ocupado por los nazis y sus intentos de supervivencia. Primero es atrapado por los alemanes y encerrado en un campo de concentración, de donde logra escapar para tratar de luchar junto a los grupos de guerrilla rusos activados en la región: esto crea una situación compleja, ya que también hay falsos grupos de guerrilla organizados por los nazis con rusos traidores u obligados por las circunstancias para confundir al ejército de Stalin.

Lo interesante de Piloto de combate es justamente su capacidad de ofrecer una visión totalmente distinta del género bélico, y sobre todo de la Segunda Guerra Mundial, con los criminales nazis como principales villanos, pero también con todo tipo de matices entre los mismos rusos, empezando por la crueldad y las injusticias del régimen stalinista, siempre listo para acusar de traidor a cualquier patriota (acusación que sufre el propio protagonista) y manejando con férrea disciplina a sus propios soldados, obligados a luchar contra los alemanes en circunstancias claramente inferiores. Tal vez por este motivo es que, adoptando un punto de vista ruso y actual, el director optó por convertir a los verdaderos héroes de la historia en los más informales grupos guerrilleros que hostigaban a los nazis en territorios ocupados.

El guión no tiene la típica estructura de la película de guerra hollywoodense clásica, en la que todo gira en torno de cumplir alguna misión suicida tipo Doce del patíbulo, por ejemplo, sino que va contando las vicisitudes de sus personajes de manera más azarosa, en correspondencia con el caos que viven, y esto por momentos se convierte en lo más interesante del film, en especial cuando hay que diferenciar a las verdaderas guerrillas de las falsas guerrillas de traidores auspiciadas por los nazis. Esto no significa que no haya escenas bélicas: abundan las secuencias de lucha, y hay dos o tres especialmente muy bien filmadas, con momentos espectaculares, como el sabotaje a un tren alemán, que requiere la voladura de un puente: una escena filmada con la misma espectacularidad y tal vez con más imaginación que la de un film de acción norteamericano.

En cuanto al despliegue de medios, realmente la película se las arregla para montar algo parecido a una superproducción con todo lo que implica la ambientación de época, y aprovecha al máximo las posibilidades de los efectos visuales digitales a la hora de conseguir batallas creíbles, algo que se hace valer particularmente en el ataque aéreo inicial.

Por otro lado, el film no descuida los apuntes políticos de todo tipo: ahí está el personaje que se siente un bastardo por colaborar con los nazis a pesar de haberse visto empujado a esa situación, al ser declarado enemigo del pueblo por Stalin (aunque finalmente termina ayudando a los soviéticos). También hay complejas tramas amorosas que, a diferencia de los films de guerra occidentales, terminan enriqueciendo el conjunto, volviéndose parte esencial de todo el film.

Hay además un detalle que es totalmente raro y que tiene que ver con las escenas con nazis. Aquí, a diferencia de esas películas hollywoodenses donde los alemanes hablan en inglés pero con acento alemán, los nazis hablan en perfecto alemán, subtitulados en castellano, igual que los rusos. Sólo que cada vez que habla un alemán, hay una locutora rusa que lo traduce de manera impersonal a su idioma. Es que así es como traducen las películas extranjeras en gran parte de los cines rusos en la actualidad.

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