TEATRO > TRES OBRAS TRES Y UNA ACTRIZ TODO TERRENO
› Por Ana Wajszczuk
La primera Maruja Bustamante es gigante y da un miedo nervioso verla. La segunda Maruja Bustamante se oculta en un palco y no puede parar de llorar. La tercera Maruja Bustamante tiene un vestido floreado, el pelo hasta la cintura y sufre de erotomanía.
Como en un juego de mamushkas, para hablar de la actriz, directora y dramaturga Maruja Bustamante hay que hablar de muchas Marujas. La primera es en realidad Mirna, el personaje de charla monocorde y odio contenido que encarna en la obra Doberman, de Azul Lombardía, un duelo de vecinas que acaba de reponerse después de un debut a sala llena en el ciclo Operas Primas del Centro Cultural Ricardo Rojas. La segunda Maruja es la dramaturga y directora de La Leyenda de Lis Chi, una saga de cinco obras encadenadas que le pasan el cepillo a contrapelo al género infantil, donde villanos y superhéroes arman una comedia retro-futurista que está por estrenar su segundo capítulo. La tercera Maruja es tal vez la más intensa y personal: Maruja enamorada, el recién estrenado biodrama con dirección de Vivi Tellas que la tiene por primera vez como actriz protagonista de una historia que escribió y que la pone –y la expone– en primer plano: un mapa emocional que va de la historia de amor y desamor de sus padres hasta su propia historia amorosa.
“La obra fue una propuesta de Vivi Tellas”, cuenta sobre la génesis de Maruja enamorada. “Fui a su taller de biodrama buscando la forma de encarar un material que yo estaba escribiendo basado en intercambios de mensajitos, cartas, mails y encuentros cortos. En el taller pidió que llevemos una foto y yo elegí una de mi papá y mi mamá bailando, jugando con el verosímil: si ellos se salvan, sanan ese amor que no pudo ser, ¿yo podré amar mejor?” Esa pregunta queda flotando en el aire durante toda la obra: entre canciones propias y ajenas, videos y conversaciones telefónicas con sus padres, cartas de sus ex novios y sólo otro actor acompañándola (Ignacio Ocampo, alias Iti el Hermoso, en un muy buen debut como actor y como sostén del desborde de sentimientos en escena), la emoción es un hilo conductor que se traspasa de la actriz a los espectadores a pesar de la autobiografía; desde los primeros amores infantiles desdeñados por los adultos hasta los fragmentos del discurso amoroso, con sus contradicciones y crueldades, que una persona construye en torno del sujeto amado, ese que muta y se transforma y se confunde entre lo real y la ficción a lo largo de la vida: las parejas, los amigos, la familia.
María Eugenia Bustamante, la que contiene a todas las Marujas, viene construyendo desde hace más de diez años una de las estéticas más personales e imaginativas de su generación, con una capacidad artística sorprendente: en su currículum hay más de cuarenta puestas en las cuales ha sido directora, dramaturga, actriz, iluminadora y largos etcéteras por toda la gama del trabajo teatral, además de incursionar en televisión (Un año para recordar, Tiempos compulsivos) y dirigir y actuar en la serie online Plan V. Y así está: de un lado para otro cargando bolsos, entre funciones, tutorías para la Bienal de Arte Joven y la mezcla del primer disco de Te amo, el dúo musical “sentimental-punk” que forma con su coprotagonista en Maruja enamorada. Clásica y moderna, es un desborde de mamushkas que no paran de salir, una dentro de otra, y van armando un camino diverso –e intenso– como sus intereses; de la ingenuidad de niña grande y el dolor en carne viva de Maruja enamorada a la siniestra Mirna, su personaje en Doberman, que parece salido de una novela de Manuel Puig con ataques de pánico.
“Maruja le dio vida a Mirna, entre una cadencia suave y una potencia contenida, peligrosa”, dice Azul Lombardía. “Me impacta su permeabilidad. Tiene una dulzura y muchas sutilezas que despliega en función de lo que le pidas. Y cuando se suelta, la descose.” Maruja se inspiró en Alex de la Iglesia para su personaje: “A veces me viene algo de lo esperpéntico, del humor negro. Le dije a Azul: ¿puedo hacer Alex? Y es lo que sueño que hago cuando estoy en Doberman”. A su personaje la rodea un humor denso, que suele rondar en todas sus obras, un humor que va a la profundidad y emerge convertido en otra cosa. “Por ejemplo, Maruja enamorada es bastante gracioso en parte, pero yo lloro, y sale gente llorando, no me esperaba eso. Me hace pensar un montón de cosas: lo dolida que está la gente, la fibra que estoy tocando. Y sí, voy a fondo. Dije: si voy a hacer un biodrama, un retrato crudo de la realidad donde le pongo mi cuerpo y mis historias personales a la ficción, voy a ir a lo más hondo que yo pueda con esto. Entonces si me sensibilizo me sensibilizo; si no puedo hablar, paro, y las partes donde actúo, actúo.”
“Trabajar con Maruja es muy inspirador, fluido y emocional. Ella está siempre en un estado de gracia”, escribe Vivi Tellas en el programa de la obra. “Tenemos mucho en común, nos dimos cuenta de que las dos sufrimos de erotomanía, creemos que todo el mundo está enamorado de nosotras. Eso nos da mucha risa. El amor es un territorio muy fértil para la ficción.”
El tema amoroso viene rondando a Maruja Bustamante hace rato. En La leyenda de Lis Chi, que escribió junto a Gael Pelicano Rossi, el disparador también fue el amor: un compañerito de escuela al que sus padres le prohibieron ser su novio porque él era judío y Maruja no. En la obra, la niña despechada se convierte en una villana suprema que quiere acabar con el mundo, y se enfrenta a su viejo amor, Aaron Lifschitz, hoy convertido en Lis Chi, el superhéroe, por diferentes lugares de la Argentina y ayudada por otros villanos tan queer como adorables. Y con Te amo, donde ella compone las letras e Iti el Hermoso toca la guitarra, escribió un puñado de canciones románticas con aires de cumbia y de ronda infantil, con imágenes surrealistas y estribillos pegadizos y graciosos, un trabajo que a fin de mes verá la luz en forma de pendrive con canciones y material extra que se presentará vía streaming. Canciones con nombres como “Falsas alarmas” o “Poemas perfectos”, que también van hilando las escenas en Maruja enamorada.
“Mis primeras obras, como Adela está cazando patos, volvían siempre a mi papá. Después fue la fantasía y la ciencia ficción y apareció Paraná porá, con esto de las mujeres de apoyarnos entre nosotras. Ahora es qué me pasa a mí con el amor. Maruja enamorada coronaría este tema, de alguna forma, aunque escribí otra obra que quisiera estrenar el año que viene, y también estoy con una suerte de nouvelle al respecto. El teatro, sea biodrama o no, tiene el poder de ver y rever, y ubicar, y cuestionar y exorcizar. Siempre que hago una obra algo cambia, algo crece o se define. Me gustaría que la gente ría y llore y largue todo como loca y luego nos abracemos y nos demos cuenta de que no pasa nada. Como dice Pessoa: ‘Somos cuentos contando cuentos, nada más’”.
Maruja enamorada se presenta los domingos a las 20.30 en el Teatro El Extranjero,Valentín Gómez 3378. Entradas $ 70.Doberman se puede ver los martes a las 21en el Centro Cultural Ricardo Rojas,Corrientes 2038. Entradas $ 20.La leyenda de Lis Chi: Misión Cerro de los Siete Colores se estrena el 7 de septiembre a las 17 en el Teatro 25 de Mayo, Triunvirato 4444.Entradas $ 50.
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