Son dieciséis obras de teatro y danza. La selección nacional del XI Festival Internacional de Teatro reúne muchas de las más celebradas en estos dos últimos años de producción. ¿Por ejemplo? Llegó la música, de Alberto Ajaka, donde una orquesta de cámara de un teatro municipal ensaya una pieza de Shostakóvich. Se les suma un viejo director y un solista argentino-alemán, y entre conflictos gremiales, narcóticos y amores desenfrenados harán música con lo único que pueden. Otra imperdible es La mujer puerca, de Lisandro Rodríguez, con la historia de una huérfana interpretada por Valeria Lois. Un hit de estos años es Viejo, solo y puto, de Sergio Boris, con lo ocurrido una noche de verano entre dos hermanos que atienden una farmacia, un visitador médico y dos travestis.

En cuanto a la danza se verán, entre otras, La lengua, de Leticia Mazur, que ahonda en la exploración del movimiento como lenguaje poético y simbólico, y La idea fija, de Pablo Rotemberg, que indaga sobre los mecanismos cinéticos de la violencia física y la actividad sexual dentro de una estructura aparentemente tradicional, pero ya resquebrajada en sus cimientos.

En el marco de lo nacional podrán verse también obras que el Cultural San Martín y el Complejo Teatral de Buenos Aires suman a la cartelera del FIBA. A precios populares estarán las últimas piezas de Mariano Pensotti, Federico León, Silvio Lang, Matías Umpierrez, Romina Paula, Cristian Drut, Lola Arias y Claudio Tolcachir, entre otros. También es muy esperada Rey Lear, versión de Emilio García Whebi, con texto de Rodrigo García, producido por el FIBA.

Por último están los dos ciclos de autores. Uno, quizás el más sentido, será el dedicado al dramaturgo y director Alejandro Acobino, fallecido en 2011. El autor tendrá su homenaje con la programación de tres de sus trabajos: el unipersonal Rodando, del que fue director y autor, junto al actor Germán Rodríguez; Absentha, que fue escrita junto a la compañía La Fronda y que transcurre en un taller de poesía masculino en un oscuro centro cultural, y su último espectáculo, Hernanito, estrenado en 2010 junto a Rodolfo Demarco y Fernando Gonet.

El segundo foco será el dedicado a Rafael Spregelburd, con el estreno de Spam, y la reposición de Apátrida, doscientos años y unos meses. ¿De qué va la nueva de Spregelburd? Es su segunda colaboración con el excéntrico compositor Zypce: un profesor universitario napolitano, experto en lenguas extintas, se niega a ser tutor de tesis de quien fuera alguna vez su mejor alumna. Ella insiste en enviarle su proyecto en mails sucesivos. A la espera indiferente de tales mails, por aburrimiento, por culpa o por demostrarse a sí mismo su coraje, nuestro antihéroe responde a un spam de una chica malaya en apuros y se ve envuelto en una trama complicadísima.

LA INTERNACIONAL

Pero siempre lo más codiciado del FIBA es su programación foránea, única oportunidad de ver esos espectáculos en los escasos días de funciones. ¿Qué hay? Una diversidad de estéticas de todo el mundo, muchas de las cuales fueron pensadas para generar en el ámbito local reflexiones y polémicas. Desde la misma apertura con el grupo Ilotopie, que propone un espectáculo al aire libre donde se desplegará su fantasía en las aguas de Puerto Madero, buscando desordenar el espacio público. Pero si decimos polémicas, el director clave es el italiano Romeo Castellucci. Viene con Sul concetto di volto nel figlio di dio, que en Europa encendió debates, al abordar y complejizar uno de los diez mandamientos. En la línea de lo revulsivo y atractivo en igual medida se ubica la australiana Moira Finucane, emblemática dentro del panorama del circo, el cabaret, el music hall: con Finucane & Smith’s Glory Box mostrará una propuesta vibrante.

Vuelve el director alemán Thomas Ostermeier –que ya había traído su versión de Hamlet– con Ein Volksfeind (Un enemigo del pueblo), donde la degradación de la sociedad no ocurre ya en 1882 sino en pleno siglo XXI. De Alemania también viene el Deutsches Theater con Diebe (Ladrones), obra de la gran dramaturga Dea Loher. Ciertos autores serán enfocados de un modo interdisciplinario. Tal es el caso del belga Jan Fabre, que combina las artes visuales, la danza, el teatro y la música. Se verá la película Les guerriers de la beauté y dos propuestas escénicas: el solo de danza Preparatio Mortis y una nueva versión de la monumental performance De Macht der Theaterlijke Dwaasheden (El poder de la locura teatral), que sacudió la escena europea hace treinta años.

Entre los realizadores jóvenes surgidos en los últimos años vendrá Matthew Lenton con su obra Interiors (Interiores), donde en una reunión de amigos aparece de pronto una presencia fantasmal que los mira a través de la ventana. También estará la compañía belga Peeping Tom, dirigida por la coreógrafa argentina Gabriela Carrizo, con un trabajo que reflexiona sobre los modos de exposición imperantes en la sociedad contemporánea. Otro artista que en los últimos años ha sobresalido en la escena mundial es el congoleño Dieudonné Niangouna, que traerá Shéda, un trabajo que la prensa francesa calificó de “epopeya escénica”. Y como Francia no podía faltar, estará presente con La Bibliothèque, una propuesta que cruza teatro, literatura y biografías personales, que se desarrollará en dos bibliotecas de la Ciudad. De América latina llegan directores a la vanguardia: la chilena Manuela Infante, el uruguayo Roberto Suárez y los mexicanos de Lagartijas Tiradas al Sol.

Dieciséis días de fiebre de tablas por la noche.

El Festival Internacional de Buenos Aires se
desarrollará de 4 al 20 de octubre.
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