Dom 29.12.2013
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CONTINUIDAD DE LOS PARQUES

CINE Se estrena Sweet Summer Sun, el concierto con el que los Rolling Stones regresaron a Hyde Park

› Por Mariana Enriquez

La noche del 2 de julio de 1969, Brian Jones, guitarrista original de los Rolling Stones, apareció muerto flotando en la piscina de su casa en Cotchford Farm. Ya no era parte de la banda que había fundado: Mick Jagger y Keith Richards habían tomado la decisión de echarlo meses antes. El 5 de julio, los Rolling Stones estaban comprometidos a dar un concierto gratuito en Hyde Park, el enorme parque que es el pulmón de Londres; en ese concierto, además, iban a presentar a su nuevo guitarrista, Mick Taylor. Por un momento pensaron en suspenderlo, pero a instancias de Charlie Watts, se tomó la decisión de hacer el show y convertirlo en un homenaje a Brian.

Fue un homenaje raro. Mick Jagger salió con una especie de vestidito blanco y leyó “Adonais”, de Shelley (“El no está muerto, no duerme/ Ha despertado del sueño de la vida”) e hicieron una suelta de mariposas blancas que salió bastante mal (la mayoría se había muerto dentro de la caja). Fue el debut de Mick Taylor, el joven virtuoso que sería guitarrista de los Stones en su más notable período creativo; un músico que, a pesar de su enorme talento, nunca encajó en la banda, y fue reemplazado por Ronnie Wood en 1975. A ese concierto gratuito fueron unas 500.000 mil personas. El show, que no fue muy bueno –hacía dos años que los Stones no tocaban en vivo– fue grabado para la televisión y lanzado en video y DVD como The Stones in The Park. Se los ve jovencísimos y medio encimados en un escenario muy chico, tocando una densa, lentísima versión de “Honky Tonk Women” y haciendo bailar a los chicos hippies con los tambores tribales africanos de Ginger Johnson durante “Simpatía por el demonio”.

Nunca volvieron a tocar en el parque hasta el año pasado, cuando decidieron volver en el marco de los festejos por su 50º aniversario. Ese nuevo concierto –que, ¡los tiempos cambian!, no fue gratuito– se estrena la semana que viene en los cines de la Argentina como Sweet Summer Sun: Live in Hyde Park. Para los que vieron a los Stones en vivo, este concierto es lo habitual: una mezcla de eficiencia y repetición, los grandes éxitos uno detrás del otro, en catarata, tocados por hombres de 70 años que parecen más allá de toda conciencia de su edad posiblemente porque caminan en un terreno que sólo ellos conocen: son la única banda en ese nivel de leyenda que ha durado tanto y que, claramente, no encuentra ningún motivo para dejar de hacer esto (“De esta banda se sale en ataúd”, dijo alguna vez Keith Richards). Y aunque la comparación con aquel concierto de cuando eran jóvenes y bellos y peligrosos en 1969 es cruel, Sweet Summer Sun tiene momentos muy especiales, como la extraordinaria versión de “You Can’t Always Get What You Want”, la delicadeza del un poco desorientado Keith Richards tocando “You Got The Silver” y la aparición de Mick Taylor, aquel chico que tuvo que debutar en ese mismo lugar en la peor de las circunstancias –con su predecesor recién muerto, con los fans de duelo, con la banda shockeada–. Taylor, que tiene 64 años, sube para “Midnight Rambler”, se luce y, al final, saluda con la banda, como el integrante legítimo que fue. Para él, este concierto tiene cierto gusto a revancha.

Y ya es hora, también, de que Mick Jagger blanquee ese pacto con el demonio que, casi a los 71 años, lo mantiene con las mismas caderas que hace cuarenta años. Su entusiasmo y su estado físico son un poco absurdos, pero también son directamente increíbles. En un momento particularmente surreal de este concierto, se prueba el trajecito que usó en el primer Hyde Park y no sólo le entra sino que, cuando no se le ve la cara reseca y surcada, podría ser aquel chico de pelo largo y remera rosa en el verano del ’69.

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