La balada de Mikio y Yoko
por Yoko Mizuki
Para mí, el señor Naruse fue el director más fácil de tratar. Mientras que muchos quieren que la primera escena sea lo más sofisticada posible, el señor Naruse constituía una excepción, ya que no daba ninguna indicación particular. Lo dejaba todo en mis manos, diciendo: “Ya se le ocurrirá algo. Puede empezar por donde más le guste”. Cuando yo intentaba cuestionar el tema de la película, me decía: “Ya saldrá algo”. No tenía intención de participar del debate.
Una vez discutimos una escena en la noche previa al rodaje. Al día siguiente, cuando llegué al set, me encontré con que, para mi sorpresa, la había eliminado, supuestamente para filmar en escenarios naturales. Protesté en voz alta, pero los miembros del equipo me persuadieron de la conveniencia de reescribir la escena, cosa que finalmente hice durante toda la noche. Recién después me enteré, con asombro, de que el señor Naruse ya había empezado a filmar esa misma escena en la locación. Un tanto desconcertada, pregunté qué era lo que debía hacer con el guión corregido. El mensaje que llegó del señor Naruse fue que no necesitaba leerlo, seguido de otro que informaba que en ese momento él se encontraba disfrutando con la contemplación de un espectáculo de la primera compañía japonesa de Oshishi (“danza del león”), que había sido invitada a la misma localidad donde él estaba rodando. Y eso fue todo.
[Yoko Mizuki fue guionista de varias películas de Naruse, entre ellas La voz de la montaña.]