Así enumera Jorge Fondebrider, en el prólogo a una excelente antología del Centro Editor, los gestos del poeta hacia sus colegas y compañeros: “Pound, con una generosidad de la que muy pocos intelectuales pueden vanagloriarse, trató de descubrir entre sus contemporáneos aquellos elementos propios de la modernidad. Fue secretario de Yeats y aconsejó a Hemingway en cuestiones de estilística –curiosamente, el autor de El viejo y el mar lo admite–, ayudó a difundir con verdadera pasión la obra del primer Robert Frost, de William Carlos William –su antiguo condiscípulo–, de E.E. Cummings, de T.S. Eliot –a quien corrigió el original de La tierra baldía–, y de James Joyce –quien le debe, entre muchas otras cosas, la publicación de Retrato del artista adolescente y de Ulises”. Un amigo.