Una de las secciones –tal vez la más interesante y, se sospecha, la más visitada– del site oficial de Belle and Sebastian (www.bellenadsebastian.co.uk/home) son las entradas que Stuart Murdoch va añadiendo a un journal in progress donde teoriza sobre la vida en la carretera, revela detalles sobre la grabación de los álbumes de la banda, recuerda sin ira y hasta atiende y contesta a los interrogatorios de los fans. A continuación, un ejemplo, una pregunta, una respuesta y una postal de un pasado no muy lejano.

Mientras ordenaba cajas de viejos recortes, me encontré con la edición del 12 de diciembre de 1998 de Melody Maker. El titular de portada anunciaba: “¡Héroes de culto! Belle and Sebastian: todo lo que ustedes querían saber sobre la banda más misteriosa de Gran Bretaña”. Y me acordé de los tiempos en los que Stuart no daba entrevistas y cómo se hablaba en los medios de “la banda más tímida del mundo”. Lo que me interesaría saber es si en los últimos tiempos se ha intentado producir un cambio en la imagen y modales de Belle and Sebastian, convirtiéndose en un grupo más comunicativo y si se ha perdido algo del encanto de aquellos tiempos de misterio y reclusión. ¿Se puso nervioso Stuart cuando, en 1998, leyó ese artículo de la Melody Maker?

¡Ah, qué nervioso me puse cuando vi esa revista! ¡Maldita Melody Maker! Está claro que fue su propio karma el que determinó que cerrara por culpa de sus numerosas mentiras. Entonces “aseguraron” que habían conseguido una entrevista exclusiva y fotos. De hecho, fue un tipo de Munich el que nos las sacó a Isobel y a mí, sin que nos diésemos cuenta, mientras caminábamos junto al río. Era un pobre tipo. Nosotros estábamos acariciando a un perro y yo pensé que quería fotos de una pareja joven porque él se sentía tan triste y solo. ¡Y un par de semanas después las fotos estaban en la portada de Melody Maker! ¡Indignante! Y podrían decirme: “¿Qué te esperabas?”. Al menos eso fue lo que me dijo la mujer que llevaba nuestra prensa. Eran días de inocencia, pero yo descubrí y odié de inmediato el modo en que la gente podía ser tan retorcida y hacerte sentir tan indefenso.

Lo que más me disgustó fue que la supuesta entrevista exclusiva no era otra cosa que un viejo reportaje que había dado dos años atrás, cuando empezamos con el grupo y yo no tenía la menor idea de lo que eran las oscuras agendas de la prensa especializada, y que ahora aparecía completamente reescrito. Le habían agregado frases sueltas que yo había dicho en alguna parte y lo presentaban como algo nuevo y exclusivo.

Pero está claro que me he calmado desde entonces y ahora hasta disfruto de los reportajes. Lo más divertido de todo es que los únicos que se mostraron problemáticos con nosotros han sido NADA MAS que el New Musical Express y Melody Maker. Y eso que también hemos aparecido en The Sun y en The Mirror, y que esos periódicos suelen apenas flirtear con la realidad; pero jamás fueron tan maliciosos con nosotros como las publicaciones especializadas (¡no somos para ellos una gran presa!), pero siempre he disfrutado leyendo las cosas graciosas que se inventan sobre nosotros. Pero el NME y MM odiaban tanto cualquier cosa que no siguiera sus dictados y acatara sus órdenes de estar siempre a la moda.

Pero sí me acuerdo de que a Bel le gustaron las fotos y le divirtió el hecho de que el tipo nos haya fotografiado durante una de nuestras peleas.

Y tiene su gracia el que Internet haya acabado con la necesidad de tales revistas y de que ahora se pueda conseguir, on line, toda la información que buscás y hasta acceder directamente a la banda (como lo estás haciendo ahora). Pero también tengo que reconocer que para mí había algo de glorioso cuando, cada jueves, en especial durante los ’80, llegaban a los quioscos las nuevas ediciones de Melody Maker, New Musical Express y Sounds. Yo me levantaba muy temprano y corría a comprarlas, y después recortaba las fotos, y las pegaba en la tapa de las carpetas y en las paredes de mi cuarto, y allí me quedaba yo, sentado, fantaseando y sintiéndome el centro de una comunidad musical.