Cuando la invitaron a participar del regreso de Os Mutantes, Zelia Duncan confesó que sintió una mezcla de alegría, emoción y recelo. “No soy una sustituta, eso sería ridículo y peligroso. Me siento una representante”, le dijo al periodista Ronaldo Evangelista, del diario Folha do Sao Paulo, al que le contó también que lo primero que hizo al salir del ensayo inicial con Sergio y Arnaldo fue, justamente, llamar a Rita Lee. “Sólo tuvo comentarios positivos. Os Mutantes me llamaron y Rita me bendijo: el que no esté de acuerdo... ¡que tire la primera piedra! Una que yo voy a desviar, por supuesto.”

Nacida en Niteroi hace 41 años, Zelia Duncan pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Brasilia. “La cigüeña que me trajo seguramente protestó por exceso de peso, ya que éramos yo, un reproductor de CD y una guitarra”, escribió en 1994 la propia Zelia en un esbozo autobiográfico que acompañó su primer disco para una multinacional (el segundo de su carrera). Contemporánea de la generación de cantantes pop brasileñas de los años ’90, como la prematuramente fallecida Cassia Eller, Adriana Calcanhoto y Marisa Monte, Duncan es la que sigue en la lista, con una voz grave y un eclecticismo que recuerda a la primera de ellas. Fanática confesa de Itamar Assumpçao, Caetano Veloso, Los Beatles y The Police, Zelia siempre ha reconocido referentes que van más allá de la canción brasileña, llegando incluso a mencionar como punto de quiebre de su carrera cuando, a comienzos de los ’90, pasó seis meses cantando en un hotel en Emiratos Arabes.

Pero, antes del llamado de Os Mutantes, sus últimos dos discos ya habían merecido la atención y los elogios colectivos de la prensa. Para celebrar sus veinte años de carrera, editó dos años atrás Eu me transformo em outras, un delicado álbum de versiones en los que Zelia jugó a ser clásica, repasando a Jobim, Cartola y Tom Zé, entre otros. Pero, para completar su retrato, el año pasado publicó el octavo álbum de su carrera, Pre pos tudo bossa band, en el que, según escribió Luiz Tatit, apuesta a la “fricción de los géneros, los estilos y las épocas”. Colaborando con artistas como Lenine, Lulu Santos, Paulinho Moska, Pedro Luis, Roberto Frejat y honrando a su venerado Assumpçao (un artista de culto de San Pablo, que murió dos años atrás sin obtener jamás el reconocimiento popular que se merecía), Pre pos tudo bossa band debería ser el disco de consagración de Zelia... si no se hubiese cruzado ahora también este llamado Mutante.

“Me siento una privilegiada”, ha dicho Zelia sobre el asunto, agregando que recordaba haber escuchado de pequeña alguna canción del grupo. “Como era chica, pensaba que lo que hacían era medio indecente. Parecía algo que no tenía que escuchar, y que al mismo tiempo nos incitaba todo el tiempo a ser escuchado”, explicó. “Conocí a Zelia el año pasado”, dijo Sergio Dias. “Conversamos diez minutos y me pareció que nos conocíamos desde hace una eternidad. Parece una frase hippie, pero fue algo mágico.” Para Zelia lo sigue siendo, y es de esperar que también lo sea sobre el escenario.