Desde Rio de Janeiro

Marc Ferrez es responsable de gran parte de los primeros registros de paisajes brasileños en los comienzos de la fotografía. Paisajes geográficos y paisajes humanos. Aunque en aquella época los retratos fueran el formato más valorizado, trabajar y fotografiar al aire libre era la actividad que más capturaba su atención. De Río de Janeiro a Amazonia, fotografió los tipos más variados de paisajes y fue el primero en registrar a los indios botocudos en Bahía. En síntesis, su intenso movimiento por el territorio brasileño hizo que su obra abarcase temas por entonces desconocidos por la mayor parte del público y que revelara imágenes todavía insospechadas.

La presentación que su obra hizo de Brasil a los brasileños y al resto del mundo provocó que su colección de fotografías se constituya en acervo ineludible para contar la historia del país en imágenes. Además de interesarse por la fotografía, Ferrez se apasionó por el cinematógrafo: tenía abierto en Río de Janeiro, en 1907, el Cinema Pathé, el más importante de la época. Las mayores placas coloidales del mundo fueron producidas por él al retratar paisajes brasileños. Tenían un tamaño de 40 x 120 centímetros. La importancia de su obra para una historia de las imágenes en la transición del siglo XIX al XX es imposible de ser medida. Su carácter de pionero en las técnicas de registro de imágenes es innegable: basta citar como ejemplos –y no son los únicos– la utilización de las placas secas de los hermanos Lumière y el flash de magnesio, que utilizó para fotografiar minas en Minas Gerais.

Su obra es parte insoslayable en la historia de la fotografía del mundo.

Traducción: Á.B.