El argumento de La noche, de Michelangelo Antonioni, se sustenta sobre una serie de temas fundamentales de su cine: la incomunicación de los seres humanos, el dominio de lo urbano, la fidelidad en la pareja, la deshumanización de los entornos. A través de dos figuras contrapuestas, Lidia y Giovanni, la pareja casada pero sin hijos que se siente insatisfecha tanto en su matrimonio como en su vida laboral, aunque tanto ella como él, aparentemente, no lo demuestren y su vida transcurra de manera relajada y plena de éxito. Forma parte de la trilogía de la incomunicación, abierta por la anterior La aventura y cerrada por la siguiente El eclipse, y que junto con la posterior El desierto rojo conforman el núcleo fuerte de la filmografía de Antonioni. Todas estas películas están centradas en la mujer, y sus personajes femeninos tan bien interpretados por Jeanne Moreau, o por su musa Monica Vitti, son las observadoras de la realidad que interesa a Antonioni, son los ojos del propio director y reflejan sus inquietudes, revelándose como personajes que contemplan el entorno, que la mayoría de las veces les es hostil: fábricas, edificios, máquinas, el feroz avance de la civilización que tanto atraía a Antonioni, y que tanto rechazaba y le asustaba.