SANTA FE › PROCESARON EL REPRESOR HORACIO BARCOS
El juez federal de Santa Fe, Reinaldo Rodríguez procesó ayer al ex gremialista Horacio Américo Barcos, a quien una víctima de la dictadura, Amalia Ricotti, identificó hace veinte días como uno de los integrantes del grupo de tareas que la secuestró poco antes del campeonato mundial de fútbol de 1978 junto con su ex esposo ya fallecido, José Alberto Tur, y la mantuvo en cautiverio en un centro clandestino de detención en las afueras de Santa Fe durante quince días. Rodríguez imputó al represor los supuestos delitos de "privación ilegal de la libertad agravada y tormentos en concurso real contra perseguidos políticos", convirtió su detención en la cárcel de Las Flores en "prisión preventiva" y ordenó un embargo sobre sus bienes por 180 mil pesos, en la causa en la que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de estado en Santa Fe. Ricotti dijo que Barcos no es el único que esquivó la acción de la justicia durante 20 años. "Continuaremos trabajando porque eran muchos más, algunos han muerto, pero otros siguen caminando por las mismas calles que nosotros y debemos desenmascararlos", agregó.
Ricotti y su ex esposo ya fallecido fueron secuestrados el 16 de mayo de 1978 por un grupo de tareas que interceptó su automóvil en plena calle y después los trasladó a un centro clandestino de detención de la dictadura, donde sufrieron torturas y vejámenes durante dos semanas. Ella pudo reconocer a uno de sus secuestradores al que los otros llamaban "Quique" y que, años después, volvió a ver en la cola de un banco. "Lo vi en el momento del secuestro. Esa fue mi primera visión", recordó ayer Ricotti por LT10. "Vi su cara perfectamente en el momento del secuestro. Y luego, pude verlo en el centro clandestino, aunque tengo que destacar que se manejaban con mucha soberbia, con mucha omnipotencia. En ese momento se creían dioses, que estaban más allá del bien y el mal, y actuaban con mucho ensañamiento", agregó.
Años después agregó Ricotti "volví a verlo en la calle muchas veces, en la peatonal San Martín, en muchos lugares y su cara la tenía muy presente, hasta el último encuentro en el banco, donde lo increpé y él me dio su nombre". La mujer vivió ese encuentro casual como "una situación límite. Tuve que contenerme porque era un lugar público", relató. Fue allí cuando le dijo: 'Vos sos Quique'. A él le temblaban las manos y lo negó: 'No, señora. Yo soy Horacio'".
Amalia dijo que Barcos no es el único represor que aún no fue identificado en Santa Fe. "Continuaremos trabajando porque eran muchos más. Algunos han muerto y otros siguen caminando por las mismas calles que nosotros y debemos desenmascararlos", se prometió.
En su denuncia ante la justicia, Ricotti relató que una noche durante su secuestro en el centro clandestino de la dictadura, dos represores que custodiaban a ella y a Tur se pusieron a jugar con las armas. Enfundaban y desenfundaban sus pistolas. "De pronto, se escuchó un disparo y sobrevino un profundo silencio", explicó. "Uno de ellos, al que llamaban 'Oca', le dijo a 'Quique' que había hecho. Tras el episodio se acercaron a una radio y se escuchó decir 'Fábrica llama' y después vino 'Quique' y me dijo: 'esto se va a llenar de gente y si vos contás algo sos boleta'"
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