Ramiro Murgueño, un obrero de 23 años oriundo de San Lorenzo, murió ayer luego de caer por un ducto cerealero de la empresa Vicentín, que está ubicada sobre la ruta AO12, camino a Ricardone. Murgueño se encontraba junto a Jorge Gamarra, de 45 años, quien sobrevivió al accidente luego de que tres dotaciones de bomberos trabajaran durante cuatro horas para rescatarlo de la tolva, y posteriormente derivarlo hasta el Sanatorio Plaza en Rosario. Debido al infortunado episodio, los trabajadores de la aceitera decidieron en asamblea realizar un paro de actividades hasta el próximo lunes, en reclamo de mejores condiciones de seguridad. Pablo Reguera, delegado de los trabajadores, dijo a Rosario/12 mientras se dirigía a una reunión con integrantes de la empresa: "No queremos que se les descuente absolutamente nada, caso contrario vamos a estar tomando medidas de fuerza a la empresa que se le ocurra descontarle un solo peso al trabajador que dejó su trabajo en solidaridad con el compañero que falleció. Debemos involucrar a todo el mundo en este tema, no tiene que ser más una charla de oficina".

Jorge Gamarra y Ramiro Murgueño estaban trabajando ayer un silo de la empresa Vicentín, cuando alrededor de las 8 de la mañana, y a causa del desmoronamiento de una celda perdieron el equilibrio y cayeron por un ducto que transporta cereal. A raíz de las heridas, Murgueño perdió la vida, mientras los bomberos intentaban rescatar a Gamarra, que pudo ser ubicado y asistido con un tubo de oxígeno durante las cuatro horas que permaneció atrapado, con heridas y fracturas, lo que obligó a trasladarlo al sanatorio Plaza de Rosario.

Según informó el cabo Roberto Ramos, del cuerpo de bomberos de Capitán Bermúdez a cargo del operativo; los trabajadores, que no pertenecen a la planta permanente de Vicentín -están contratados por la empresa Adecco, que tiene una agencia en San Lorenzo- no tenían cuerdas de protección. Además, los bomberos indicaron que las tareas de rescate fueron complicadas debido a que el silo donde ocurrió el accidente se encontraba repleto de cereal, lo que dificultó mucho las tareas.

La celda que se derrumbó tiene 100 metros de ancho, 200 de largo y unos cinco metros de altura. Las dotaciones de bomberos sacaron con mucho esfuerzo el cereal que atrapaba al obrero con palas de mano y finalmente llegaron al fondo y pudieron rescatar a Gamarra, que se encontraba en un vacío donde a duras penas podía respirar.

Pablo Reguera, delegado de los trabajadores explicó a este diario que "la decisión de tomar la medida de fuerza, si bien es lo que nosotros necesitábamos de la gente, ellos automáticamente decidieron no ir a trabajar hasta el día lunes. Tanto el personal efectivo como el tercerizado fue muy solidario y dejaron la fábrica vacía en media hora".

Según el delegado "nosotros somos firmantes de convenios colectivos de trabajo -tenemos un convenio zonal- con todas las empresas aceiteras del departamento San Lorenzo. Una de las cosas que les estamos reclamando dentro del convenio, como un punto especial desde hace dos años, es un comité de seguridad mixto, integrado por el delegado del personal junto con el personal de fábrica haciendo la seguridad. Hasta el día de hoy ninguna de las empresas nos llamaron para conversar sobre el comité".

Reguera criticó las políticas de seguridad de las aceiteras al indicar que "ellos dicen que tienen personal especializado y que son técnicos en seguridad, y que a veces los delegados lo que hacen es entorpecer el trabajo. Desgraciadamente, lo que va a pasar es que estas empresas contratistas que entren a trabajar en las aceiteras no tiene personal de seguridad. La gente desconoce la seguridad, no se les da una charla como corresponde y no tienen los elementos de seguridad, de lo contrario no hubiera pasado lo que pasó. Tenemos que involucrar a todo el mundo en este tema, porque ya no tiene que ser más una charla de oficina".