Vie 04.04.2008
rosario

SANTA FE

El día en que los sobrevivientes volvieron al escenario del horror

José Schulman, Graciela Roselló y Vilma Canciani participaron ayer del reconocimiento judicial de la comisaría 4ª, el centro clandestino más emblemático de Santa Fe durante la dictadura.

› Por Juan Carlos Tizziani

Treinta dos años tuvieron que pasar para un reconocimiento judicial de la comisaría 4ª, el centro clandestino de detención más emblemático de Santa Fe, durante la dictadura. En 1984, la Conadep había avanzado en una primera reconstrucción del martirio con testimonios y fotos. Pero recién ayer, la justicia federal convocó a siete sobrevivientes para que vuelvan al escenario del horror y atestigüen en una causa que investiga el destino final de Alicia López ﷓una docente y militante de las Ligas Agrarias desaparecida en octubre de 1976﷓ y en la que ex jefe de la 4ª, Mario Facino, fue procesado por "homicidio, privación ilegal de la libertad, tormentos y encubrimiento". Cuatro testigos respondieron a la cita: José Schulman, Graciela Roselló, Vilma Canciani y el ex policía Raúl Oscar Gómez y seguramente los otros tres, Alejandro Faustino Córdoba, Raúl Pinto y Alcides Schneider, lo harán en las próximas horas. Schulman y Roselló identificaron las celdas donde estuvieron secuestrados y vieron agonizar a Alicia López en una de "Las tumbas", como llamaban a los calabozos. Canciani no alcanzó a cruzarse con ella porque la trasladaron una semana antes, pero Gómez confirmó que le llevaba comida como a otras personas que tenían "signos evidentes de haber sido torturadas". "La Cuarta era el centro más terrorífico", dijo Roselló.

El reconocimiento tuvo dos etapas. Una, en la sede del Juzgado Federal, donde los testigos señalaron el itinerario del secuestro sobre un plano de la comisaría. Y otra, ya en la Cuarta, donde volvieron a recorrer los mismos lugares por donde pasaron hace 32 años. En las afueras, los acompañaron militantes de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, las Madres de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y dos diputados del ARI, Alicia Gutiérrez y Antonio Riestra, entre otros.

Schulman identificó la celda donde estuvo detenido durante "más de dos meses y también los calabozos más pequeños que llamaban 'tumbas', donde estaba Alicia López. El baño, donde la veía pasar. Y una cocina, reciclada ahora en oficina".

"El reconocimiento fue muy exitoso", explicó Schulman. "La celda donde yo estaba está igual, es un poco más chica de lo que yo recordaba: éramos un montón, igual que ahora, que hay ocho personas y sigue igual. La celda grande que estaba al costado está ahora tapiada, se nota claramente que levantaron una pared. Y el lugar donde estaba Alicia es exactamente el que yo recordaba. La tumba de Alicia, estaba contigua a la pared de mi celda. Por eso hablábamos. El baño está en el mismo lugar, nada más que reformado, pero sigue siendo una basura indignante, sucio, repugnante, inhumano. Y lo que era la cocina ahora es una oficinita", agregó.

Las vivencias se mezclaron. "Tenemos la sensación de haber logrado un triunfo y en esto desde la Liga Argentina por los Derechos del Hombre hicimos bastante para que Alicia no desapareciera nuevamente. Lo denunciamos todas las veces que pudimos, hicimos innumerables presentaciones como querellantes y exigimos que el caso de Alicia no se perdiera en los papeles. Así que por un lado está una sensación que por fin se está investigando y de algún modo Alicia aparece, vuelve, tiene sentido para la gente. Y después, una sensación de agobio por la impunidad de los que la secuestraron en aquellos días, por esta increíble impunidad de años y años que taparon este caso", dijo Schulman.

Vilma Canciani también revivió sus recuerdos. Ella nunca había declarado en una causa del terrorismo de estado hasta que apareció una prueba de su detención: su nombre figura en los libros de guardia de la Cuarta, igual que los de Schulman y de Alejandro Faustino Córdoba. "Fue algo muy difícil. Me cuesta mucho recordar ese momento. Lo que viví hoy fue horrible. Me pareció algo terrible que uno haya estado ahí, ahora tenían colchones, en esa época no había nada, no había luz. Así que era muy difícil reconocer cuál eran las dimensiones, la ubicación. No es lo mismo tener un recuerdo, que verlo, y volver a vivirlo", dijo Vilma.

Graciela Roselló también reconoció la celda donde estuvo ella y "la de enfrente, donde estaba Alicia López. Recordé cómo nos hablábamos, había un ventiluz que ahora está tapado. A mi me entraron por una cochera y un portón y no los podía encontrar. Entonces, pude reconocer que pusieron una pared que aislaba ese patio por donde me entraron hasta las celdas. El Juzgado tomó nota que ahí había algo que me impedía ese paso que yo tenía en la memoria. Entonces, dimos la vuelta y encontré el famoso portón. Quería encontrar ese portón y hacer el mismo recorrido de nuevo, pero no lo pude hacer porque en el medio para llegar hasta la celda en alguno de estos 30 años levantaron una pared".

"Lo importante es el reconocimiento de la Cuarta, que todo eso sirva para condenar a todos los autores del asesinato de Alicia López por que las pruebas revelan que fue un crimen, que la dejaron morir. Y creo que se hará justicia. La condena para Facino me parece bien, pero también hay otros autores, también está (el ex jefe del Area 212, coronel Juan Orlando) Rolón como responsable intelectual. Yo, como testigo, como militante de esos años y los de ahora, sigo pidiendo la figura de asociación ilícita, porque acá en Santa Fe como en todo el país hubo una asociación ilícita, genocidio y terrorismo de estado", dijo Graciela. Ya la voz le temblaba, pero hizo el último esfuerzo para evitar el llanto. Vilma la abrazó.

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